Life on mars

09/02/2013

Daniel Serrano. “Uno puede escribir maldormido y con un hambre atroz, pero nunca trabajando en un estanco; es triste, pero es así”. Y para quién escriben los escritores.

Para quién escribe Patricio Pron nacido el 9 de diciembre de 1975 en Rosario Argentina hijo de padres periodistas doctor en Filología por la Universidad Georg-August de Göttingen (fuente: Wikipedia –y soy perfectamente consciente de que faltan comas ahí arriba-).

Para quién escriben los escritores en un mundo en que a nadie importan los escritores y las librerías sobreviven convirtiéndose en tabernas sofisticadas donde también se venden juguetitos a los nenes. A los putos nenes, añadiría. Qué asco de mundo. No me hagan caso. Es la medicación antialérgica.

La vida interior de las plantas de interior supone un ejemplo más del talento de Patricio Pron, probado sobradamente en su novela El espíritu de mis padres sigue subiendo por la lluvia, originalísima aproximación al asunto de la represión durante la dictadura militar argentina, nada qué ver con casi nada que hayan leído al respecto. La vida interior de las plantas de interior está compuesta por relatos en cuyo núcleo late una bella poética de la causalidad, en cuyos argumentos una y otra vez nos inquieta el enigma del azar o (dicho de otro modo) la imposibilidad de explicar exactamente cómo y por qué suceden las cosas y si (efectivamente) la vida es lo que nos pasa mientras hacemos otros planes y si es posible de verdad que una mariposa agite las alas en Beijing y provoque (por ejemplo) que nos enamoremos de una pelirroja.

“Una mañana –no tiene demasiada importancia, pero es marzo, es el año 2010, es el día veintisiete- un joven corre junto a su perro por una calle silenciosa”. Así empieza el libro. Detrás de esas palabras una sucesión de acontecimientos que se superponen, que nada tienen que ver entre sí o tal vez tengan que ver. La confusión de la existencia, los desconocidos, las cabinas de teléfono bajo la lluvia, la ciudad de Rosario escondida en la letra R. Y lo bien que escribe Patricio Pron sin que se note que escribe bien, huyendo expresamente de la tentación de escribir bien, pulsión que echa a perder a tantos buenos escritores y hace vender millones de libros a los malos.

Patricio Pron es, además, un enfermo de literatura que escribe (suponemos –aunque ese no sea asunto de esta reseña-) para otros enfermos igualmente letraheridos, y por eso incluye frases  como: “A veces piensa que todos los buenos aeropuertos se parecen entre sí mientras que los malos son de formas muy diferentes”. O bien: “Abrimos la botella y le dimos un largo trago antes de recostarnos sobre la hierba  y comenzar a mirar hacia las nube: ésa se parece a O´Henry, dijo S; aquella parece el rostro de Friedich Dürrenmatt; no, ésa es como la cara que tiene que haber puesto la mujer de Dürrenmatt después de leer El encargo, corregí”.

Pero más allá de cierto intelectualismo cool (qué razón tenía Pasionaria: “Intelectuales, cabezas de chorlito”) lo que nos gusta de Patricio Pron es su capacidad para emocionarnos. El mejor cuento de este volumen me parece Cincuenta y cuatro veces, narrado en primera persona por el perro preferido de Picasso y con un desenlace bellísimo y perturbador: el grito desesperado de un can condenado a la inmortalidad dentro de un lienzo.

Patricio Pron es un relatista extraordinario. Para quién escribe no resulta una pregunta pertinente en este momento.

Y qué bien titula Patricio Pron. De los relatos incluidos en este volumen: Un jodido día perfecto sobre la Tierra, Algo de nosotros quiere ser salvado, El Nuevo Orden de la Lluvia, Algunas palabras sobre el ciclo vital de las ranas. Y de sus novelas me quedo con Una puta mierda. Alguien capaz de titular así tiene que ser alguien literariamente de fiar.

La vida interior de las plantas de interior resulta un fascinante caleidoscopio repleto de sorpresas. Asómense. Pasen y vean.

(Y, por cierto, si se preguntan por el título de la reseña sepan que, incapaz de titular tan virtuosamente como Patricio Pron, coloqué el título de la canción de Bowie que sonaba en mi spotify mientras escribía las primeras líneas. El azar, no obstante, es extraño. Porque ahora, pensándolo bien, creo que hay un indefinible vínculo entre Pron y Bowie y el perro de Picasso en incluso Göttingen. Otro día se lo cuento).

La vida interior de las plantas de interior. Patricio Pron. Mondadori. 140 páginas.

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Un pensamiento en “Life on mars

  1. Estimado lector disperso:

    En esta ocasión me has convencido. Comienzo a leer, es mi primer Pron, espero no arrepentirme.

    Un saludo

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