Las eléctricas están atravesando una etapa de gran trascendencia de cara a su futuro, con una batería de medidas legales en marcha que intenta, en primer lugar, acabar con el llamado déficit de tarifa, que se crea cuando las retribuciones no sirven para cubrir los costes regulados. Un agujero que suma más de 26.000 millones de euros al año, que en parte ha sido titulizado y que añade al sistema unos costes de más de 2.200 millones de euros al año.

El panorama, que ya era complejo antes del viernes 12 de julio cuando el Consejo de Ministros aprobó los decretos y borradores de ley de reforma del sector energético, no parece más despejado en la medida que se han creado nuevas incertidumbres con recortes que se añaden a los impuestos anteriores a la generación y a la reducción de la remuneración a la distribución. Y con desarrollos normativos por conocer que pueden agudizar el efecto especialmente en las renovables.

Y según Unesa -la patronal que aúna a las eléctricas integradas como Endesa, Iberdrola, Gas Natural, Eon y Cantábrico-, ahora la situación no ha mejorado y el impacto por los cambios normativos se reflejará en resultados, inversiones y en la reducción de empleo. Es una opinión que han compartido la mayor parte de los brókers y bancos de inversión que estiman que el coste para estas compañías y otras empresas de energías renovables, especialmente las eólicas, va a ser superior al esperado, aunque son más optimistas respecto a la reducción del déficit tarifario. Según Deutsche Bank, para Iberdrola supondrá una caída de resultados de dos dígitos en 2014. Mientras, el nuevo déficit en el futuro deberá ser financiado por todas las compañías del sistema, incluida REE, sin apoyo del aval del Estado.

Aunque las empresas están centradas en calibrar el efecto de la reformas en cada una de sus actividades para aportar un balance provisional la próxima semana junto a la presentación de los resultados del semestre, otros temas se mueven en un sector que ya no es el de hace unos pocos años. Un tema es la renovación profunda del papel de Unesa, y no sólo porque no se la ha tenido en cuenta en el proceso de elaboración de los decretos, sino porque se ajuste a las necesidades del sector. «No se trata tanto de cambiar personas, sino de funciones», señalan medios del sector.

Y también para que entren nuevos socios, como es el caso de Acciona, una de las empresas más afectadas por las novedades como se ha reflejado en su cotización en Bolsa: ha bajado desde 41,48 euros por acción del jueves, 11 de julio, a los 34 euros del viernes. Por el contrario, REE, que cayó el viernes 12, se ha recuperado con fuerza en los mercados bursátiles.