¿En qué planeta veranea?

02/09/2013

Germán Temprano.

Gracias a Rajoy hemos sabido que Galicia no sólo es una nacionalidad histórica sino un planeta del que uno regresa a la Tierra totalmente desnortado. Sus visiones, en sintonía con sus costumbres vacacionales, tienen más que ver con el exceso de queimada que con la tozuda realidad. Por mucho que clame ante los suyos que ya nadie habla de rescates, de primas de riesgo ni de tíos de Alcalá, lo cierto y verdad es que no hay hogar, salvo contadas excepciones, que no sepa por vía directa o indirecta del azote del paro, del agobio de llegar a fin de mes o de la conjugación de un futuro que, para los más jóvenes, más que imperfecto es inexistente. Por lo tanto, en esas caminatas en bermudas que, como no podía ser menos, han concitado la atención mediática mundial, no ha tenido tiempo, o no ha tenido voluntad, de calibrar la magnitud del fracaso.

Lo es una cifra de paro descomunal, lo es un mercado laboral cada vez más hostil para los trabajadores, lo es presumir de cifras cuando detrás de ellas sólo hay flagrante explotación al calor de la necesidad y lo es que, por si fuera poco, la mentira sistemática se haya convertido en la verdadera Marca España. Por lo menos en la de su Gobierno. Hay cosas tan graves pendientes que sólo una interesada ceguera impide actuar con la responsabilidad que un sistema democrático serio requiere. Agarrado a la fragilidad de la memoria ciudadana, Rajoy hurta explicaciones que pretende solapar con vergonzantes anuncios de bajada de impuestos o pintando paisajes con intención hiperrealista que, a ojos de la mayoría social, son de un ininteligible abstracto

¿Qué España es a la que ve usted tan mejorada? ¿A la de los casos de malnutrición infantil? ¿A la de currar de sol a sol por un puñado de euros?  ¿Acaso a la que forma brillantes científicos para que se aprovechen otros países de su competencia? ¿A la de las universidades consideradas como productos de lujo? ¿A la de la sanidad de todos regalada a unos pocos? Mire que tiene usted dónde elegir ¿Es mucho pedir que nos diga al menos una? En caso contrario habrá que pensar que ese optimismo que tanto afeaba a Zapatero en usted es humo para ocultar las muchas barrabasadas que día sí y día también le afloran a usted y a su partido. Nuevos mensajes de móvil comprometedores, burdo borrado de ordenadores en aras de esa transparencia de la que tanto farda,  ausencia de explicaciones, exceso de sospechas, sobresueldos para quienes piden austeridad a los demás… Demasiada basura para querer quitarla con una simple bayeta

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