Félix Romeo vive

18/10/2013

Daniel Serrano. Félix Romeo no se ha ido. Continúa vivo en la memoria de sus numerosísimos amigos y sus fidelísimos lectores, entre los que me cuento.

Y por eso, claro, en cuanto he sabido de la publicación de Por qué escribo he salido raudo y veloz hacia mi librería de guardia y he adquirido un ejemplar. Y lo he disfrutado, camaradas, como siempre que me acerco a Romeo. Esta es una compilación de artículos y qué artículos, nada que ver con tantísima roña con la que cada día se rellenan los periódicos. La crisis de la prensa, creo yo, comenzó el día en que murió Félix Romeo.

Félix Romeo escribe de literatura, de viejos amigos desaparecidos, de su paso por la cárcel como insumiso, del amor, de la vida, de política, de Zaragoza, su adorada ciudad, de los bares que frecuentó, de la niñez. Todos estos artículos forman un relato repleto de alusiones autobiográficas y reflexiones certeras. “Me gustan los hoteles” desvela Romeo y yo, que venero los hoteles, me siento tan cerca de esta bestia de las letras aragonesas. Que, por cierto, tiene un texto genial en el que demuestra fehacientemente que Todos los escritores del mundo son aragoneses. Para mí que lleva razón.

Luego está, en este Por qué escribo, el antitotalitario insobornable. El que rechaza los viejos estalinismos y los nuevos totalitarismos islámicos y denuncia a los tibios, a esa progresía relativista que pone en cuestión que haya valores universales y discute el derecho a vivir cómo le de la gana a cada cual al margen del país en el que nazca. Interesante. Discutible alguna vez. Pero para eso estamos, para eso queremos a los escritores, para discutirlo todo.

Perec, Orwell, los Labordeta, Carson McCullers, Rimbaud, Will Eisner, Robert Crumb, Thomas Bernhard, Bohumil Hrabal, Javier Tomeo, Henry Miller. El listado de escritores a los que hace referencia Romeo es interminable así que para los letraheridos este libro resulta altamente satisfactorio. Y para los que simplemente busquen historias, haberlas las hay y de categoría. Preciosa esa evocación de una película perdida en la que el padre de Félix Romeo salía de patrullero y en la que Zaragoza tenía metro y mar. El título del largometraje en cuestión, Culpable para un delito.

Y toda esa añoranza de las cosas perdidas, de la Zaragoza que se ha extinguido. Y el germen de su ¿novela? Amarillo, el suicidio de su amigo Chusé Izuel. Y el germen de su ¿novela? Noche de los enamorados, su convivencia en la cárcel con un asesino. Y tantos buenos tragos de literatura inmersos en este Por qué escribo. Lo único que no me gusta, por cierto, es el título, que no creo dé la dimensión de lo que el lector se va encontrar en las páginas de este volumen.

Me gusta todo de Félix Romeo. Me gusta que admita que La mandrágora, el programa cultural que dirigió en TVE, tuvo algo de glorioso fracaso. Sin ponerse medallas, honesto hasta la brutalidad. Me gusta que recuerde esa anécdota de Buñuel cuando estrenó en Francia Viridiana y un compatriota (aragonés, claro) se le acercó y le dijo (con esa impiedad tan aragonesa):

–      Muy flojico lo tuyo, Luis.

Félix Romeo soñó muchas veces (lo cuenta) que le

mataban en México D.F. pero al final se murió de un ataque al corazón y nos quedamos jodidos, sin un gran agitador cultural y un gran escritor.

Por qué escribo es un libro, se lo aseguro, que merece la pena. Y espero que todavía queden otros libros por publicar de Romeo. Y si no, releeremos Discotheque, Dibujos animados, Amarillo, Noche de los enamorados. Cualquier Romeo es un buen Romeo.

Por qué escribo. Félix Romeo. Xórdica. 324 páginas.

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2 pensamientos en “Félix Romeo vive

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