Entrevista con el morosólogo Pere Brachfield

07/01/2014

Susana de Pablos. Asegura ser el creador y divulgador de la morosología. Es Pere Brachfield, consultor, profesor, conferenciante, asesor y autor de Instrumentos para gestionar y cobrar impagados (Profit Editorial, 2012). Este experto, que ha publicado diversos libros sobre la gestión del crédito, prevención de impagados y recuperación de deudas, habla aquí de su última obra: Análisis del moroso profesional. Tratado práctico de morosología (Profit Editorial, 2013).

Es socio-director de Brachfield & Morosólogos Asociados, consultora especializada en el área de la gestión de riesgos, créditos y cobranzas empresariales y recuperación de impagados. Además, Pere Brachfield es director de estudios de la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad (PMcM) y asesor en esta de PIMEC, organización que agrupa a micro, pequeñas y medianas empresas y autónomos. Brachfiel sostiene que “España es el único país europeo en que se ha oficializado el ejercicio de la morosidad, dado que existe la profesión de moroso”.

En opinión de este morosólogo, “el moroso profesional tiene una vida fácil, pues goza de impunidad ante la justicia y campa a sus anchas. Aunque suele exhibir un envidiable nivel de vida, el profesional del débito es inembargable y puede medrar tranquilamente a costa de sus acreedores sin soltar un céntimo”. Lo entrevistamos.

.- diarioabierto.es: Muy esquemáticamente, usted señala que a las personas morosas se las puede catalogar en tres grandes categorías: los que pueden pagar y no quieren; los que quieren pagar y no pueden, y los “AkunaMatata”. ¿Podría explicarnos brevemente esta última categoría?
Pere Brachfield: Estos deudores tienen capacidad financiera suficiente para atender los pagos, pero son culpables por desidia o despreocupación de no pagar a sus acreedores, pues su filosofía de la vida es la pachorra de “AkunaMatata”, “don’t worry be happy” o sea del Carpe diem. Consecuentemente. el impago es fruto de un problema de dirección y no por falta de liquidez. Por tanto, son los que no quieren saber lo que deben: no se preocupan por la buena gestión de su negocio aunque sean conscientes de ello.

.- diarioabierto.es: ¿Hay alguna relación entre morosidad y clase social?
P. B.: A grandes líneas, los deudores fortuitos o sobrevenidos, que quieren pagar pero no pueden suelen ser de clase trabajadora. En cambio los morosos profesionales, deudores que pueden pagar pero no quieren, caraduras que pretenden ganar dinero a costa de los proveedores suelen ser de clase media alta o incluso alta.

.- diarioabierto.es: ¿Quiénes son más morosos, los hombres o las mujeres?
P. B.: El moroso profesional o deudor recalcitrante, en un 90% de los casos, es un varón. No obstante, cada vez más se dan casos de morosos que han contagiado a su pareja y ambos han adoptado la morosidad como estilo de vida.

.- diarioabierto.es: ¿Cree usted que existen casos de personas morosas que lo sean por enfermedad?
P. B.: Sí, por supuesto, ésta es la categoría de deudores fortuitos que son de buena fe pero no pueden saldar la deuda ya que por el momento no tienen liquidez. La mayoría de los deudores que están en esta categoría, si se les concede el tiempo suficiente, acaban pagando la deuda en cuanto recuperen la salud y tengan medios económicos para hacerlo.

.- diarioabierto.es: Usted, como experto morosólogo, ¿podría explicar qué le falta y/o le sobra a la última reforma de la Ley de Morosidad?
P. B.: El insigne jurista doctor Federico de Castro y Bravo expresó en una ocasión la siguiente máxima: “En España, la abundancia de leyes se mitiga con su incumplimiento”. El hecho de que uno de los primeros juristas españoles del siglo XX pronunciara esta lapidaria sentencia nos lleva a pensar que el profesor de Castro estableció una irónica regla no escrita de derecho: las leyes se publican en el BOE pero luego nadie se encarga de realizar una función coercitiva para asegurar el cumplimiento de la norma jurídica. Nuestra legislación antimorosidad vigente padece el síndrome acuñado por el profesor de Castro; nos encontramos ante una importante carencia jurídica que impide la implementación de la ley.

.- diarioabierto.es: En abril pasado, usted fue nombrado director de Estudios de la  Plataforma Multisectorial contra la Morosidad (PMcM), una entidad que reivindica la imposición de multas para quienes no paguen en plazo. ¿Cree usted que ésta es la mejor solución para resolver el problema? ¿Puede darnos sus razones?
P. B.: Un ejemplo claro está en el hecho de que la actual legislación prohíbe el pago a los proveedores en plazos superiores a los 60 días contados desde la entrega de la mercancía. Un estudio sobre plazos de pago en Europa realizado por la PMcM patentizó que en España los plazos de pago medios de pago entre cliente y proveedor eran de unos 95 días en el 2013, frente a  los 54 días del plazo medio en Europa. Esto demuestra que un gran número de empresas se niegan a cumplir la ley, y a pagar dentro del plazo máximo establecido, y abusan de su fuerza económica y capacidad de compra para imponer una condiciones de pago abusivas a sus proveedores, que por miedo a perder el cliente consienten estos abusos y no se atreven a denunciar ni demandar a ese deudor que se convierte en un “moroso consentido”.

En consecuencia, un punto de vital importancia para combatir la morosidad en la práctica empresarial es la promulgación de un régimen sancionador que penalice de oficio el incumplimiento de la ley, como existe ya en Francia desde hace unos cinco años y que tan buenos resultados ha conseguido. Los estudios realizados por la PMcM han llegado a la conclusión de que sin penalizaciones administrativas a las empresas insumisas, será imposible conseguir el cumplimiento efectivo de la legislación antimorosidad. Consecuentemente, sería deseable que cuanto antes el Gobierno plasme en un reglamento el régimen sancionador.

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