El joyero Carlos Chocrón presenta en el Palacio de Fernán Núñez de Madrid, una colección de joyas excepcional, producto de la búsqueda incansable de las mejores gemas por todo el mundo. Genoveva Casanova fue la encargada de lucirlas en su primer encuentro en sociedad.

Es un verdadero acontecimiento que Carlos Chocrón presente una colección de joyas, que representan el máximo lujo y refinamiento. Es similar a la conjunción planetaria. Tienen que darse todos los elementos; gemas, técnica, maestría e imaginación. El arte, la técnica y la imaginación, el joyero las lleva dentro pero la materia de la que se hacen los sueños, las piedras preciosas, hay que hallarlas. Ahí reside la dificultad. Amberes, Colombia, Madagascar, Sri Lanka….un viaje fantástico alrededor del mundo hasta dar con las consideradas las cuatro gemas preciosas; diamante, rubí, zafiro y esmeralda. Esos son los cuatro elementos utilizados por Carlos Chocrón para hacer esta colección de 25 piezas únicas y magníficas. Su precio, desde 25.000 euros, acorde con la rareza de la excelencia y de la presentación anoche en el Palacio barroco de Fernán Núñez de Madrid.

El éxito fue el tipo de convocatoria, nada de masificaciones, ni famosos porque sí. Un grupo reducido de amigos y una madrina perfecta para lucir toda la colección, Genoveva Casanova, fueron los protagonistas. Se cambió dos veces para lucir las joyas, primero un traje blanco de Diane Von Furstenberg y luego, uno nude de Alberta Ferreti para que los aderezos resaltaran sobre su piel. Sobre un fondo sugerente de jazz en directo, Carlos Chocrón contaba lo difícil que resulta encontrar las gemas adecuadas y sólo cuando eso sucede es cuando puede llevar sus diseños tradicionales, con técnicas de tallado y engastado vanguardistas a la práctica.

Curiosamente, a su esposa, la pianista y bailarina Alicia Chocrón, no le entusiasman las joyas. En casa del herrero cuchillo de palo. Sólo las especiales que le diseña su marido, como el colgante estrella que lucía al cuello, realizado con todos los colores posibles del diamante; negro, amarillo, verde y hasta azul y que fue el regalo que le creó su marido con motivo de la boda de su hijo Moisés. La cuarta generación de joyeros, originarios de Ceuta. Él ya no tiene los dedos índices doblados, como los de su padre o Jesús Agreda, marca natural de los joyeros que han trabajado sobre las “astilleras”, la pieza de madera donde se posan las joyas.

Por cierto, que Genoveva, estuvo encantadora y comentó las joyas especiales que guarda en su joyero; un collar de perlas que perteneció a su abuela, unos pendientes de lapislázuli y brillantes de Van Cleef y una pulsera de diamantes y zafiros, regalo su ex suegra la Duquesa de Alba el día de su pedida de mano con Cayetano. Al parecer, con esos aderezos su ex suegra posó para Richard Avedon. Son joyas y también son sentimientos, ahí reside el valor de la materia