Los sectores industriales en los que la factura energética es uno de los aspectos más relevantes de su competitividad alertan de las consecuencias de las reformas eléctricas aprobadas por el Gobierno o en trámite administrativo. A este colectivo se ha unido Torraspapel -compañía dell grupo internacional Lecta- que también está compuesto Garda (Italia) y Condat (Francia).

Esta compañía, como al conjunto del sector papelero, se siente especialmente preocupada por el impacto del nuevo modelo retributivo de la cogeneración. Un efecto que, en su opinión, se traduce, «en una pérdida de competitividad que limita notablemente las exportaciones». Como consecuencia directa, puede ser necesario «reorientar producciones e inversiones fuera de España».

Ese impacto se uniría, al no ser que se introduzcan cambios en la orden ministerial, a los sucedidos en 2013 en el que la reforma eléctrica «elevó los costes energéticos en más de un 25%, con el consiguiente impacto sobre los resultados del grupo y limitando la capacidad competitiva de las fábricas españolas».

Añaden que el desgaste de la capacidad para competir frente a otros productores europeos, sudamericanos y asiáticos «es un factor crítico para Torraspapel». Y lo es más si se tiene en cuenta que el peso del mercado español es cada vez menor para la compañía, mientras que la exportación es básica para mantener la actividad de las seis plantas productivas en España, que dan empleo directo a más de 2.300 personas e indirecto a otras 12.000 personas más.