La reforma laboral está teniendo un efecto colateral. Las facilidades dadas para que las empresas firmen convenios en el nivel más bajo de la representación – la empresa – está provocando una “italianización” de las relaciones laborales. Este proceso tiene como protagonistas a pequeños grupos que tratan de hacerse con el control de los comités de empresa. Cuando lo consiguen, afirman fuentes de la asesoría legal, ponen en jaque a empresas sometidas a delicados procesos como, por ejemplo, procesos de despido colectivo.

Los abogados lo llaman ya “italianización” de las relaciones laborales. En el país transalpino, el modelo de representación sindical concede más peso a la actividad sindical en cada empresa, y no tanto al sector como tradicionalmente en España.

La irrupción de la reforma laboral ha trastocado este equilibrio. La nueva normativa incentivó a las empresas para firmar sus propios convenios, primándolos – y esa es la novedad – sobre el acuerdo del sector. El Ejecutivo defendió esos cambios con la idea de que mejoraban la adaptación de las empresas en caso de apuro económico. Además, se facilitó a las compañías otras herramientas, como la modificación de la condiciones de contrato – en manos del empresario – y el ‘descuelgue’ del convenio colectivo, que sí precisa de acuerdo con los trabajadores.

Pero el convenio de empresa está mostrando algunos efectos perversos para los empresarios. Problemas que suceden además en medio de delicados momentos, como la negociación de despidos colectivos, advierten en fuentes del sector de consultoría legal que cuentan entre sus clientes con grandes empresas. “En ocasiones las empresas se encuentran con un solo interlocutor. Y esto provoca que encallen las negociaciones”, afirman.

Lucha por el control de los comités

El proceso descrito por estas fuentes se repite en todos los casos. Llegado el momento de negociar, pequeños grupos de trabajadores se organizan. Pugnan por el control del comité de empresa. Y lo logran en algunos casos. Como no suelen pertenecer a ninguna gran organización sindical, “van por libre”. No atienden a las instrucciones dictadas por ningún órgano central, con una visión de todo el sector. Y provocan finalmente que los procesos de negociación se eternicen o terminen incluso encallados.

Los efectos de esta individualización de las relaciones laborales han podido observarse en muchos de los procesos de negociación sobre conflictos recientes en el mundo empresarial. Uno de ellos por ejemplo, el de Panrico, donde la dirección de la empresa firmó un acuerdo con 3.500 trabajadores de la compañía, que no fue ratificado por 60 trabajadores, y puso en jaque a toda la organización, según explican en estas fuentes.

“Está produciendo muchos problemas¨, afirman los abogados que lamentan además la judicialización de nuevos procesos en el ámbito laboral. “Antes todo se resolvía en la Administración. Y ahora todo se resuelve ante el juez”, concluyen.