Todo lo que jamás hemos sido

14/04/2014

Susana Ramírez.

Si no te hubieses marchado de mi vida hoy en nuestro jardín habría naranjos, limoneros y flores rojas y amarillas. Una carretilla aparcada en la entrada. Un perro grande de melena clara… Y dos niños rubios que se parecerían a ti. Y un sol arriba mirando cómo nos despedimos para ir al trabajo.

Tendríamos aquella casa de un solo piso. Todos los muebles de color blanco, como te gustaba a ti. Haríamos excursiones los fines de semana. Los cuatro subiríamos en la furgoneta que hay en la puerta aparcada. Los niños rubios cantarían “En el coche de Mamá…” . Seríamos la familia que jamás hemos sido.

Tendríamos todo: mis manos perdiéndose entre tus rizos, ese chispazo de emoción en nuestros ojos cada vez que nos volviésemos a ver.  Y nuestras caricias y abrazos parecerían siempre ser las de las primeras veces. Me bastaría tu calma para ser feliz.

Habríamos viajado al fin del mundo. Tú y yo habríamos sido todo lo que soñamos sino me hubieses dicho un día : sal del coche. Tú y yo hoy estaríamos en el borde de la cama interpretando un cuento a nuestros hijos rubios. Y más tarde descorcharía una botella de vino y trataría de desabrochar tu sostén con los mismos escalofríos de la primera vez que lo intenté.

Hubiésemos sido tú y yo una de esas parejas envidiables. De esas que dan asco. Y te prepararía el café y las tostadas por las mañanas mientras tu ojeas tu lista de tareas y apuntas en la pizarra de la nevera que falta comprar detergente. Una de esas familias con la fotografía de nuestra boda en la mesa de la entrada y fotos con nuestros hijos en las paredes de casa.

Pero me dijiste que ya bastaba y mientras yo te pedía una oportunidad para vivir todo este futuro que hoy te escribo tú me dijiste: sal del coche. Y yo recuerdo que traté de grabar en mi memoria tu olor, el movimiento de tus manos, tu mirada diciéndome que ya no querías más. Y cuando salí de ese coche, me quedé esperando a que te alejases. Siempre activabas los intermitentes, representando que me querías, que eran los latidos de amor de tu corazón por el mío. Y ese día, ese último día, mientras te alejabas pusiste los intermitentes. Y mi corazón no ha dejado de latir por ti desde entonces.

Me alejé de tu vida y siempre, siempre, a cada año que se escapaba era consciente de que nos perdíamos todo lo que podríamos haber vivido , todo lo que jamás hemos sido .

Yo no sé si tú a veces piensas en mí. Si repasas el pasado y miras al  futuro, si echas de menos lo que jamás has vivido o si te arrepientes alguna vez de aquella despedida.

Sea lo que sea, cada noche, en silencio, voy y acuesto a esos niños que jamás tendremos, y te doy las buenas noches con un beso y te digo cada noche al oído: ay , mi vida, todo lo que hubiésemos sido.

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Un pensamiento en “Todo lo que jamás hemos sido

  1. Querida amiga, qué bonito relato. Precioso y como no, único. Perdona que me entrometa, pero creo que hay une error, no aparece tu nombre en la firma del relato ¿es normal? aparece diarioabierto.es. Solo lo comento por si se debe a un error. Imagino que este relato es tuyo, es inconfundible. Abrazos.

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