Las jornadas se han vuelto más largas, el sol luce sin parar y las ganas de salir de casa son irrefrenables. Por supuesto, nada mejor que una buena terraza en estupenda compañía para disfrutar del buen tiempo.

Room Mate Oscar. Una de las más divertidas y cosmopolitas de la ciudad, abierta durante todo el año. Y de las más polifacéticas. Lo mismo te tomas un cóctel, que un gin-tonic, que disfrutas de una exposición, te recreas con su música lounge y chill-out, degustas unas buenas viandas o te das un chapuzón en su piscina cuando el calor aprieta. El espacio se distribuye en dos alturas con tumbonas y camas balinesas, una barra retroiluminada y varias carpas. ¿Lo mejor? Las impresionantes vistas de 360 grados sobre todo Madrid y unas puestas de sol con las que solo puede competir la terraza del Círculo de Bellas Artes.

San Antón. El mercado con más encanto de Madrid cuenta con un tesoro oculto que no todos conocen: la terraza ubicada en su última planta. En pleno corazón de Chueca, podrás degustar un rico mojito o una excelente cerveza en un ambiente acogedor, tranquilo y coqueto. Y por supuesto, con la espléndida oferta gastronómica que este mercado gourmet ofrece, tanto para degustar in situ como para llevarte a casa.

El Viajero. Sin duda una de las terrazas con más solera de Madrid. El Viajero abrió sus puertas en la Plaza de la Cebada en 1995 y desde entonces se convirtió en punto de encuentro de los más bohemios. Situado en un palacete de tres plantas de finales del siglo XIX, ofrece un restaurante con terraza a la calle, un bar de copas en el primer piso con excelente música y un sushi bar, y un bar de tapas en la azotea con espectaculares vistas sobre el Madrid de los Austrias. Una jornada en la Latina no está completa sin una parada en El Viajero probando sus entrecotes de carne uruguaya a la parrilla, el carpaccio de solomillo con mayonesa de albahaca, los huevos con foie al aceite de trufa o los panqueques de dulce de leche.

Las Letras. Ubicada en el mítico hotel de las Letras, la terraza que esconde su ático es una buena opción para las tardes y las noches más cálidas del verano. Con la Gran Vía a sus pies y una decoración muy cuidada a base de maderas, tecas y vegetación abundante, este espacio es ideal para unas cañas y tapas, un picoteo, un café tranquilo de tarde o unas copas nocturnas en un ambiente poco ajetreado.

Jardines de Sabatini. Poco conocida hasta la fecha, a la terraza Jardines de Sabatini Aparto Suites solo se puede acceder con reserva previa, lo que asegura un ambiente calmado. Las panorámicas son privilegiadas y la vista sobre el Palacio Real al atardecer, inolvidable. Todo un espectáculo que podemos complementar con sus combinados de marcas Premium, con gin-tonic marca de la casa y con algunos platos muy sabrosos como el salmorejo, el ceviche y los tacos de solomillo. Si tenéis la oportunidad no dejéis de visitar el museo de coches antiguos que tienen en el sótano.

Gourmet Experience Callao. Solo tiene un defecto: esta terraza suele estar demasiado animada. Por lo demás, el espacio Gourmet de El Corte Inglés de Callao lo tiene todo. Una fantástica y amplia terraza que ofrece unos ocasos rosáceos como pocos en Madrid, una sucesión interminable de delicatesen irresistibles para la vista, el gusto y el olfato, y los caprichos gastronómicos de más alta calidad que se puedan encontrar en el mercado. Por supuesto, resulta imprescindible picotear los pinchos vascos de Imanol, las propuestas más canallas del tres estrellas Michelin David Muñoz o las deliciosas hamburguesas de Raza Nostra.