Gabriel sigue aquí

21/04/2014

Susana Ramírez.

Recuerdo aquellos días de colegio. La profesora nos dijo a todos los alumnos que teníamos que leer un libro del que luego nos formularía unas preguntas y pediría que hiciésemos una redacción. El libro se llamaba: “Crónica de una muerte anunciada”. Eran aquellos tiempos, allá por los años 90, cuando la mayoría de los niños, al menos los de mi entorno, odiaban tener que leer. Leer era como una obligación extraña, que nos aburría, que nos pesaba.

Y la profesora nos habló de Gabriel , que era un escritor colombiano y un escritor de culto. Entonces, no quedaba más salida y le di esa oportunidad al libro. Fue con ese libro con el que me comencé a interesar por la literatura. La facilidad que tenía Gabriel de darle vida a los personajes era pasmosa. Era increíble. Yo quería escribir, aprender a describir personajes , situaciones e historias como Márquez. Y lo digo en serio. Y leí muchos libros antes que ese, por obligación de infancia, claro. Leía a Gloria fuertes de pequeña. Me fascinaba igualmente. Pero yo amaba la poesía y la prosa de Márquez. Aquella sutileza que tenía para contarnos historias y cosas.

Los años 90 fue mi época , estaba en plena adolescencia y claro, llegó Internet a nuestras vidas. Con aquella velocidad nefasta. Eran los tiempos en que empezábamos a utilizar los buscadores. Y yo recuerdo que busqué su nombre y me encontré con su poesía. Preciosas frases de amor  y esperanza que yo hacía mías para regalar a la gente que quería. Cuántas veces no habré enviado mails acompañados con sus palabras y una música qué podías añadir, de esas que ahora nos parecen horrorosas.

Se ha muerto Gabriel, pero en realidad solo se ha ido para quedarse. Porque las personas que dedican su vida a crear algo, ya sean palabras, música o algo físico, siempre estarán entre nosotros. Podrás estar cerca de Gabriel al releer una de sus obras, o al recitar una de sus frases. Sus obras siguen ahí. Él será eterno. Estará vivo para siempre dentro de todos nosotros.

A mí Gabriel me marcó la infancia. Fue una pena tener que conocerle por una obligación de niñez. Porque cuando creces te das cuenta de la verdadera importancia de las cosas. Ya no lees por obligación, lees porque te interesa lo que esa persona quiere decirte. Lees por placer, porque te apasiona aprender cosas nuevas y emocionarte con la escritura que el escritor nos regala, con esas historias, o esos poemas.

Este es mi pequeño homenaje para un gran escritor. Y me despido con una de sus frases que decía así: “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla”. Y creo que esto lo ha hecho Márquez desde que lo conocemos. Y yo espero poder hacer lo mismo.

Gracias Gabriel Márquez.

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