Ya eran demasiados días de relativa calma en la situación en Ucrania, al final la situación es todo menos calmada, con los prorrusos que siguen haciendo de las suyas y el gobierno ucraniano que ha recibido el aliente estadounidense en forma de visita del vicepresidente Biden.

Lógicamente, ambos escenarios se cruzan donde era previsible y el gobierno ucraniano ha anunciado el fin de la tregua y que reanudará de inmediato las acciones contra los separatistas, a los que tacha de terroristas.

No es que el asunto haya alterado mucho al mercado, que confía en las garantías dadas por Putin respecto al suministro de gas, pero sí se ha notado en la tendencia negativa de suave cuesta abajo emprendida por el Dax desde primera hora:

El buen resultado de la subasta de deuda en Portugal, con resultados que dejan la rentabilidad del bono de este país en mínimos de ocho años ha servido de acicate a la recuperación del Dax, pero una mala apertura en Wall Street propiciada por un dato de ventas de viviendas por debajo de lo esperado terminó por decantar la sesión a la baja e incluso con cierta potencia, menos reflejada en el resultado final que en el perfil del último cuarto de sesión.

Pero como en todo ha matices, veamos que el Ibex ha hecho todo de forma bastante más suave:

No solo ha estado más moderado en el resultado final, sino que en el primer tercio de la sesión ha estado claramente haciendo lo contrario de lo que hacía el índice alemán y cuando Wall Street ha afectado al Dax, el Ibex parece haberse ido de rositas…

La clave de este mejor comportamiento podría explicarse por la nueva caída de los tipos de la deuda periférica, pero eso también habría beneficiado al PSI y al Mibtel que, en cambio, han sido los dos índices que más han bajado en la Eurozona, así que solo cabe entender que el Ibex sigue en su línea de ir por libre y de tratar de marcar el camino hacia la recuperación de las cotizaciones.

Al cierre, el Dax bajó un 0,58%, el FTSE un 0,11%, el CAC un 0,74% y el Ibex un 0,13%. Son dos perfiles bastante distintos en el recorte.¿A quién creemos?