A punto de conocer la letra pequeña del decreto ley del Gobierno, que según todos los indicios parece que será aprobado por el Consejo de Ministros de este viernes, la patronal de las cajas de ahorros (CECA) se adelanta a lo que se pueda establecer en dicho decreto y ha pedido formalmente al Ejecutivo que dé más tiempo a las cajas para poderse consistituir en bancos y, así, cotizar en Bolsa, uno de los requisitos que ya se conocer del decreto y con el que se evitaría que estas entidades tuvieran que alcanzar el 10% de capital básico para no ser controladas por el Estado. Pero además, la confederación de las cajas pide una mayor flexibilidad en la base de cálculo relativa a la financiación mayorista, que la vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha fijado en el 20%.

Estas son las dos principales conclusiones de la Asamblea General de la CECA celebrada este viernes, donde su presidente, Isidro Fainé, adelantó a sus asociados que desde la confederación se está trabajando estrechamente con el Gobierno en la redacción del decreto ley, haciendo especial hincapié en una mayor flexibilidad de los plazos establecidos. Como se recordará, el Ejecutivo anunció a principios de este mes que en septiembre las entidades serán examinadas, y las que no alcancen el 8% de core capital (las que cotizan en Bolsa) o entre un 9 y un 10% para las que no cotizan, pasarán a ser controladas a través del Frob y el Banco de España. El Gobierno otorga el derecho al Estado de comprar acciones y ejercer sus derechos de voto, aunque la entidad controlada sólo recibirá dicho apoyo durante cinco años. Después, las acciones serán vendidas en el mercado bursátil.

En la 103 Asamblea General de la CECA, su presidente, Isidro Fainé, aseguró también que se está trabajando con el Ejecutivo para «preservar la esencia» de las cajas. Por este motivo, además de la colaboración permanente con el Gobierno, la patronal de las cajas mantiene reuniones en un «clima de diálogo constructivo». Los topes del denominado «capital principal» y su definición, la forma en que se pueden computr otros elementos, la ampliación de la base de cálculo sobre la dependencia de financiación mayorista, la extensión de los plazos para acometer la capitalizaión de las entidades y sus planes de salida a Bolsa serían los aspectos fundamentales de esta negociación, según confirmó Fainé.

Son muchas, por tanto, las demandas del sector, aunque el presidente de la CECA centró también su atención en lo conseguido hasta el momento y, en especial, en el mantenimiento de la reforma de la LORCA de julio de 2010, una ley de reforma de las cajas de ahorros que se aprobó con el máximo consenso parlamentario y en el breve espacio de cuatro meses. Fainé explicó que los responsables de las entidades deben «congratularse» por esta reforma, ya que con la misma «cada entidad puede escoger, en función de sus circunstancias y objetivos, la fórmula de ejercicio de la actualidad financiera que más le convenga».

Con la reestructuración de las cajas desplegado a lo largo de 2010, al pasar de 45 a 17, el papel de la CECA en estos momentos -recalcó Fainé- es apoyar todos los procesos de integración de cajas en marcha, sobre todo prestando servicios de consultoría, asociativa, financiera y tecnológica.

Despedida a Olavarrieta

En esta Asamblea General también hubo tiempo, pese a lo convulso de la situación, a despedir al actual director general de la CECA, José Antonio Olavarrieta, quien a finales de este mes se jubilará, dejando su cargo a José María Méndez. Fainé agradeció la labor de Olavarrieta en sus facetas de «profesionalidad, dedicación y lealtar» durante los 22 años que ha permanecido en el cargo.

En sus palabras de despedida, Olavarrieta también dejó sus últimos mensajes para la reflexión. Se mostró convencido de que las cajas que que salgan de los procesos de fusión serán «más grandes» por lo que necesitarán más servicios de la CECA, que continuará teniendo un papel relevante en el sector. Aunque para ello, consideró que la confederación debe mantenerse el «esquema actual» de «asociación unida a una empresa de servicios», lo que ha dado muy buenos resultados hasta ahora y ha permitido obtener «la máxima calificación crediticia».

Bienvenida a Méndez

El futuro director general, José María Méndez, cuenta también con una gran «tenacidad y capacidad de negociación», según reconoció Fainé, quien también destacó su «gran intuición jurídica». Méndez dirigió también su primer mensaje a los asociados de la CECA, mostrándose convencido de las «enormes capacidades profesionales» de las cajas, la demanda de la sociedad de un modelo de eficacia financiera y del compromiso social, los tres pilares que para Méndez les aguran «un gran futuro».

Los test, principal hito del año

Al margen de los cambios anunciados por el Gobierno para las cajas, desde la CECA también se analizó la situación de la economía mundial, que ya se está recuperando gracias al «tirón» de los países emergentes, Estados Unidos y Europa Central. No obstante, por lo que respecta a España, que también ha emprendido la senda de la recuperación, aún quedan algunas incertidumbres que despejar, para lo que se tendrán que seguir realizando algunas correcciones.

Y, finalmente, por lo que respecta al sistema financiero, Fainé reconoció que este ejercicio será «complicado» y los márgenes seguirán estrechándose. Los test de estrés que se repetirán en el primer semestre del año fueron calificados por el presidente de la CECA como «el principal hito del ejercicio». De todo este proceso, incluida la reestructuración, «el sector saldrá renovado, más fuerte, más profesional y con la misma disciplina de mercado que cualquier entidad financiera», concluyó, pidiendo al mismo tiempo a los responsables de las entidades que no teman al cambio», aunque luchen por «conservar lo básilo y lo bueno»… «el modelo español de cajas de ahorros».