El proyecto de ley de reforma fiscal aprobado por Consejo de Ministros con fecha 1 de agosto de 2014 es excesivamente tímido en sus postulados para promover la producción cinematográfica en España, ya que sigue sin recoger la mayor parte de las peticiones solicitadas por la industria del cine y de la producción audiovisual, especialmente en relación con la deducción por producciones cinematográficas.

Respecto a la situación vigente en la actualidad, se mantiene con carácter general un porcentaje de deducción del 18% del coste de producción de la obra, salvo para el primer millón de euros de base de deducción, que se eleva al 20%. “Este incremento implica una cuantía de 20.000 euros en la deducción, lo que significa no sólo no haber prestado atención a las necesidades de nuestra industria del cine sino, además, limitar la participación del capital privado en el desarrollo de producciones nacionales”, señala Patricia Motilla, socia del departamento de Fiscalidad de JAUSAS y una de las asesoras de referencia de la industria del cine.

En términos absolutos, el límite de la deducción no podrá superar los 3 millones de euros, una cantidad que se ha impuesto por primera vez con la actual reforma fiscal y que, aunque era requerida por el sector, queda muy lejos del máximo de 10 millones que solicitaba la industria.

Patricia Motilla concluye que “el crédito fiscal queda muy contenido debido al límite de 3 millones de euros que se establece independientemente del coste de la película. De esta manera, aquellas obras cuyo coste exceda de 16,5 millones de euros dejarán de estar interesadas en rodar en España, con independencia de los nuevos créditos fiscales establecidos por el punto 2 del artículo 36 para rodajes extranjeros”.

Además, este límite de 3 millones de euros minora la vis atractiva de las Islas Canarias para producciones con un coste a partir de 16,5 millones de euros.

La reforma fiscal también es limitada en la nueva deducción del 15% que se establece para producciones extranjeras, que fija un máximo de deducción de 2,5 millones de euros, por cada producción realizada (artículo 36.2 del proyecto de ley del Impuesto de Sociedades).

“Nuestro legislador sigue manteniendo a España en el punto 2 del artículo 36 por debajo de los incentivos de nuestros países vecinos y, salvo una mejora durante el trámite parlamentario del proyecto de ley, hemos perdido la oportunidad de establecer porcentajes de deducción lo suficientemente atractivos como para que el productor extranjero ruede en España”, señala la socia de Fiscalidad de JAUSAS.

Para incentivar al productor extranjero a “gastar” en España con grandes producciones cinematográficas será necesario un impulso definitivo tanto en el porcentaje de deducción como en el límite al mismo, ya que de lo contrario la intención del legislador de atraer gasto efectivo al país “puede resultar frustrada”.

“España sigue sin ser competitiva en relación con los países de su entorno”, lamenta Patricia Motilla, que añade que este aspecto de la reforma fiscal empaña otras noticias positivas procedentes de Bruselas, que ha aceptado la autorización positiva de aplicación de la mencionada deducción.

Además, JAUSAS espera que los requisitos que se imponen para beneficiarse de la deducción del 15 % de los gastos de producciones extranjeras se flexibilicen durante la tramitación parlamentaria, cumpliéndose las expectativas del sector y permitiendo deducir cuestiones como el gasto en transporte, alojamiento y manutención.

En cualquier caso, cabe valorar positivamente que se pueda solicitar a la Agencia Tributaria el abono por anticipado de las deducciones, una práctica común en otros países vecinos.

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