El lobby europeo condiciona la reforma de las cajas rurales en España

13/09/2014

Miguel Ángel Valero. Reclama que la nueva regulación no obstaculice su modelo de negocio ni la financiación a largo plazo, esencial para el crecimiento y la creación de empleo.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, ve cómo se retrasa su aterrizaje en Bruselas como presidente del Eurogrupo, ante la resistencia holandesa a que cede el sillón libre Jeroen Dijsselbloem. Pero Economía también encuentra dificultades para sacar adelante la reforma de las cooperativas de crédito, que había sido exigida especialmente por el FMI tras lograr la de las cajas de ahorro.

Economía quiere llevar al Consejo de Ministros su propuesta antes de que finalice este mes, para que entre en vigor antes de que finalice el año. Pero se ha topado con las presiones del lobby europeo del sector, que sabe jugar sus piezas en el entramado de la burocracia de Bruselas. Y hacer valer sus posiciones: 200 millones de clientes (el 40% de los ciudadanos europeos), de los que 60 millones son socios y, por tanto, propietarios de las 3.700 entidades (la mitad de todos los bancos existentes en Europa); cuota del 20% del sistema financiero en Europa;: financiación a una de cada tres pymes de Europa
Así, la Asociación Europea de Banca Cooperativa manda frecuentes mensajes sobre la necesidad de “preservar” este modelo de negocio. También reclama que “el tsunami regulatorio no dificulte la capacidad de respuesta” de estas entidades financieras “a las necesidades de la sociedad”.
El argumento que más está frenando la reforma de las cooperativas de crédito en España es precisamente la financiación. “Es preciso prestar atención a la importancia de asegurar que las reformas del sector financiero no obstaculicen la habilidad de los bancos cooperativos para proporcionar la financiación a largo plazo, que es tan requerida para impulsar el crecimiento y la creación de empleo”, insisten en la Asociación Europea de Banca Cooperativa.
Además del crédito, las palabras clave son proporcionalidad y diversidad. “El concepto de proporcionalidad pretende dar cabida a instituciones con ciertos modelos de negocio, para aplicar la legislación de un modo que les permita aliviar algunos de los requerimientos, que supondrían un gran lastre en sus recursos y que podrían mermar la posibilidad para continuar y crecer en su negocio”, argumentan en el lobby europeo.
Una economía dominada por un pequeño número de grandes bancos ejerciendo un excesivo poder de mercado no podría ofrecer el mismo nivel de competitividad en precio y variedad de productos y servicios” que un sistema financiero donde se garantice la diversidad de entidades y de modelos de negocio.
Jean Philippe, director general de Crédit Agricole, una de las entidades de banca cooperativa más importante de Europa, cree que «no hablamos bastante de nuestra singularidad», “nuestra forma distinta de hacer banca”. «Somos un modelo de futuro, y podemos ser más fuertes explicando más cosas sobre nosotros, y aportando más pruebas de nuestra labor», afirmaba en un encuentro sobre cajas rurales organizado por la agencia EFE en Madrid.
La banca cooperativa necesita defenderse en Europa: «Tenemos que crear vínculos y actuar juntos, hacer más negocios juntos aunque seamos distintos», insiste. El modelo de banca cooperativa es «insustituible», porque poner por delante al cliente y su objetivo es ser útil a los socios y al territorio en el que estas entidades operan. Además, al destinar el beneficio a reservas, y no a dividendos, no están condicionados por la rentabilidad inmediata, y pueden centrarse en el desarrollo económico local «de generación en generación».
Hervé Guider, director general de la Asociación Europea de Banca Cooperativa, abunda en esos argumentos. “La banca cooperativa es local y de proximidad y aporta financiación a la economía real. Estas diferencias están reconocidas en la propia legislación europea, pero hay que ir un poco más allá para que dicha identidad quede bien anclada en el paisaje de la banca de Europa”.
“Necesitamos que se reconozca que hay muchos modelos posibles de banca. Precisamente, la diversidad reduce el riesgo y lleva al sistema a su estabilidad. Ningún modelo es mejor que otro. Hay diferencias entre cada uno de ellos. Hay que conocer y reconocer estas diferencias. Porque un mundo uniforme sería lo más horroroso que pudiera existir. Ésta es la lección de la crisis”, reflexiona.
“Si van desapareciendo entidades que trabajan de manera local, las pequeñas y medianas empresas y el propio ciudadano que vive en determinadas zonas pueden ver negado su acceso a ciertos servicios financieros. Por eso es muy importante mantener la buena trama de entidades locales en las zonas del país más aisladas”, señala.
“Lo fundamental es que las cajas rurales tengan buena salud financiera. No se puede determinar qué nivel de integración es la idónea. No hay motivo alguno para obligarlas a fusionarse. Hacerlo no es el papel del Gobierno. Ésa es una decisión que le pertenece al consejo de administración. Son los propietarios los que deben decidir su futuro”, concluye.

Las claves de la nueva norma

Estos mensajes han calado en el Ministerio de Economía, que insiste en que las 64 cooperativas de crédito, de las que 59 ajas rurales, no se verán abocadas ni a la desaparición ni a la bancarización, como ha sucedido con muchas cajas de ahorro. Los borradores de la nueva regulación de las cooperativas de crédito que han circulado hasta ahora dejan de lado la exigencia de fusiones y ponen más el acento en que las aportaciones de los socios cumplan con la Directiva Mifid, para que no puedan comercializarse como depósitos u otros productos. Y en que la remuneración de todas las aportaciones sea igual.
Otro aspecto en el que incide la reforma es que el voto en la asamblea esté en función del peso del socio en el capital de la cooperativa de crédito. Algo que no gusta en el sector, porque atenta contra uno de sus dogmas, el de un socio, un voto.
Las cooperativas de crédito tendrán las mismas exigencias que otras entidades financieras: profesionalidad de sus directivos y miembros del consejo rector, consejeros independientes, comisión de Nombramientos y Retribuciones, informe anual de gobierno corporativo.
Economía renuncia a imponer un modelo. Las cooperativas de crédito, y en especial, las cajas rurales podrán optar por la mutualización completa, como es el caso de Cajamar, que a partir de noviembre será supervisado directamente por el Banco Central Europeo, o parcial, como sucede, siguiendo el modelo alemán, con el Grupo Caja Rural.
Pero el Ministerio, como el Banco de España, seguirán insistiendo en que se profundice en la concentración y se reduzca el número de entidades, especialmente entre las cajas rurales.

 

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