Veamos un par de gráficos y comprenderán mejor lo que me preocupa:

Ahí los tienen, el Dow Jones (arriba) marcando su tercer máximo histórico consecutivo. Vale, por poco y con una vela fea, feísima, pero máximo al fin y al cabo.

Por debajo, el Russell 2000 a puntito de un cruce de sus medias simples de 200 y 50 sesiones conocido como «el cruce de la muerte» tras el cual el gráfico del que se trate tiene la mala costumbre de venirse abajo.

Ya saben lo que opino últimamente del mercado americano y de la extremada manipulación del Dow Jones. También saben que el Russell es un índice que refleja mejor el «fondo de mercado» que el resto, aunque sea solo porque tiene más valores a ponderar, aunque su sesgo sea claro hacia los pequeños valores. Al fin y al cabo es el índice que los representa.

¿A qué carta nos quedamos? Incluso la parte positiva de esta discrepancia, el Dow Jones, tiene una pinta horrible con ese martillo invertido que presagia un recorte inminente. ¿Será de mentira como los que hemos tenido hasta ahora o será de verdad como el que llevamos esperando meses? Les juro que si lo supera se lo diría…

Y sí, salió a Bolsa Alibaba, con gran éxito de crítica y público. Qué quieren que les diga. No me gusta nada. Rarito que es uno.

Al cierre, el Dow Jones avanzó un 0,08%, el S&P 500 perdió un 0,05% y el Nasdaq Composite un 0,30%.