Así se desprende del estudio realizado por ESADE, juntamente con el Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (CoNCA), que analiza varios proyectos culturales en Catalunya agrupados en cinco categorías: audiovisual (festivales de cine), artes escénicas, música en vivo, monumentos visitables en Catalunya o Museos.

Los museos, según el estudio, son la categoría que menos ingresos propios genera, con solo el 7% de su presupuesto pese a tener una amplia red de espacios municipales y comarcales en el conjunto del territorio. El sector audiovisual, entendido como festivales de cine, es la segunda categoría que recauda menos ingresos propios, ya que la fuente por taquilla supone solo el 17% del presupuesto total. Los festivales de este ámbito terminan recaudando casi lo mismo en la venta de productos relacionados, cosa que ayuda en gran medida a la financiación de los proyectos. Por otro lado, los monumentos se encuentran en un estadio intermedio, generando casi el 40% de su presupuesto.

En este sentido hay que matizar que los festivales de cine cuentan con un importante patrocinio privado, que llega casi al 30%, y que aumenta a medida que se incrementa el presupuesto de ingresos. En la música en vivo, en cambio, pasa lo contrario: los proyectos con menos presupuesto son los que porcentualmente tienen mayores ingresos en patrocinio y mecenazgo y este porcentaje se reduce a medida que aumenta el volumen presupuestario.

En el lado opuesto se encuentran los museos, donde el patrocinio y mecenazgo privado solo representan el 6,5% de los ingresos, siendo los proyectos los que más ingresan en este concepto seguidos de cerca por los monumentos, con un 7,3% del presupuesto cubierto por patrocinio y mecenazgo privados, o las artes escénicas donde la aportación es del 8,4%.

Al respecto, el profesor de ESADE e impulsor del estudio, José María Álvarez de Lara ha admitido que falta una Ley de Mecenazgo donde no solo se trate la inversión como un asunto fiscal. “Tanto los países de la Unión Europea, como Estados Unidos, se han dotado desde hace años de instrumentos para favorecer el mecenazgo porque consideran la cultura como un sector económico de primera magnitud, a la vez que llega hasta la ciudadanía y contribuye al Estado de Bienestar” afirmaba el profesor, “es un error y un menosprecio hacia los patrocinadores y mecenas, que no solamente intervienen por razones económicas, sino también culturales”.