Desayunarse todos los días con un caso de corrupción en España ya era más que indigesto. Las investigaciones de Guardia Civil y Policía Nacional son cada vez más seguras, aunque las tramas tan bien urdidas lleve su tiempo destaparlas. La Justicia también es lenta, pero confiémos en que que segura. El panorama político está tan enmierdado que ya no hay vuelta atrás al descrédito y decepción de los ciudadanos sobre quienes depositaron su confianza. Ahora es tiempo de ‘mea culpa’, pero la verdad tantos perdones ya saben a muy poco.

Hay miles de políticos y sus amigos corruptos que nos han estado arruinando poco a poco. La gente guapa que vivía con dos caras. De puertas para fuera, el político correcto que nos reprendía por vivir por encima de nuestras posibilidades; y de puertas para dentro el corrupto que amasaba fortunas y una vida regalada que no le correspondía. ¿Cuál era su trabajo? ¿Gestionar los bienes públicos que se les encomendaba o llenarse sus bolsillos cobrando comisiones por lo que hacía, favoreciendo además a sus amiguetes?

La forma de cortar por lo sano es bien clara: dimisiones y cárcel. Delitos han cometido para llevarles a prisión por muchos años. Pero en España se tienen que acostumbrar que quien la hace la paga. Se acabaron los corruptos. Nadie les quiere. A partir de ahora aquel que demuestre una vida que no le corresponde estará bajo el punto de mira de todos. Que acrediten la limpieza y pureza de su patrimonio. El origen real, su procedencia. Si no a la trena.

Pero no todos actúan igual. En el PP están como idiotizados. Para mí que muchos de los tejemanejes los conocían, lo que no esperaban es que se destaparan. De ahí su lentitud en reaccionar. Los ciudadanos piden dimisiones y limpiar todo lo podrido. No vale con que el presidente del PP pida perdón, ni que lo haga la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre. Ahora es el momento de actuar y dejar las palabras biensonantes.

Los socialistas de Pedro Sánchez nos muestran dureza. Bajas inmediatas. Aunque no en todo el territorio, porque ahí queda el asunto de los EREs sin resolver y sin dimisiones. ¿Y qué decir de los nacionalistas catalanes? En CiU desde su exhonorable y familia hasta vete tú a saber cuántos más. Si el primero lo hacía, sería muy fácil para sus segundos y los segundos de los segundos… Ya no nos podemos fiar de nadie. Pujol confesó cuando ya había sido pillado y aún así parace que le debemos algo…

Pero la corrupción ha afectado a todos los partidos. El único requisito es que alcanzaran el poder y se mantuvieran en el durante años. Y donde más, en los Ayuntamientos, aunque como ha demostrado la Gurtel, también en las Comunidades, y seguimos con el problema sin resolver de la financiación de los Partidos Políticos. Hacen faltan controles por todos los lados. Hace falta mucha más regulación. Está visto que como con Hacienda, el miedo es el que hace que se sea honesto. Pues bien, hay que meter miedo también a los políticos y a los empresarios para que no actúen como si España fuera su chiringuito personal. Que sepan que no tienen derecho a pernada y que si hacen algo malo lo van a pagar. No valen perdones, a no ser que como el rey, terminen abdicando-dimitiendo.

No es de extrañar que fuerzas como el 15-M y ahora formaciones políticas como Podemos se hayan convertido en la ‘esperanza blanca’ y los ciudadanos tengan la sensación de que si llegan al poder todo va a cambiar.