Patronal y sindicatos admiten ya que el nuevo pacto salarial se aleja. La patronal ha variado su postura, según confirman hoy los sindicatos. Los empresarios desean prolongar la actual moderación salarial por dos años. Y un tercer factor, como son las elecciones en la patronal, se cruza en el intento de sellar el tercer acuerdo por el empleo y la negociación colectiva (AENC).

Patronal y sindicatos han incumplido su intención de sacar un borrador del acuerdo a mediados de este mes, según pretendían. En esta línea, fuentes sindicales afirmaron este lunes que, a pesar de algunos avances, un “abismo” separa las posiciones en materia salarial de empresarios y sindicatos, informa Europa Press.

Los sindicatos lamentan que la patronal ha dado marcha atrás en su idea de sellar un acuerdo marco, y permitir que fueran los sectores los que fijaran una cifra al alza salarial, tal y como deseaban las centrales. En este sentido, el líder de CCOO llegó a ofrecer un pacto por tres años.

La patronal ha lanzado dos mensajes contradictorios en materia salarial, según lamentan los sindicatos. Por un lado, el presidente Juan Rosell abrió la puerta a subidas salariales por encima del IPC aunque solo en los sectores más solventes, aquellos que han logrado superar holgadamente la crisis.

Sin embargo, la negociación dista mucho de discurrir por este cauce marcado por Rosell. Y lo hace más bien por la senda determinada por José García Viña, el director de relaciones laborales de la patronal, y encargado de negociar el tercer Acuerdo para el empleo y la negociación colectiva (AENC) con los sindicatos. Viña defiende en cambio que el acuerdo debe fijar un marco para todas las empresas y sectores de España. Y que los salarios no deben crecer por encima del 0,6% en los próximos dos años.

Con esta tesis, los sindicatos acusan a la patronal de desempolvar su propuesta de 2012. Una posición que, según las centrales, abre un “abismo” en la negociación que tiene desde hace varios meses embarcados a los agentes sociales a fin de lograr un nuevo acuerdo que oriente a los negociadores de los miles de convenios colectivos que cada año se cierran en España.

Los empresarios defienden su tesis con el argumento de que los costes laborales han aumentado por culpa de la reforma del IVA y de los nuevos conceptos cotizables a la Seguridad Social implantados por el Gobierno. Además, destacan el papel “clave” jugado por el segundo acuerdo de negociación colectiva próximo a caducar a la hora de apuntalar la salida de la crisis. “La moderación salarial ha sido muy útil para que las empresas puedan ganar competitividad”, ha subrayado el propio García Viña, negociador por parte de la patronal.

La presión de los comicios

Aparte de los costes, un segundo elemento se cruza en el camino de los negociadores para conseguir un acuerdo. CEOE se halla inmersa en un proceso electoral, que culminará el próximo 17 de diciembre con la elección del presidente y los órganos directivos para los próximos 4 años. Y a buen seguro, el actual presidente Juan Rosell sentirá la presión de cerrar un buen acuerdo, después de las críticas recibidas a su gestión por parte de los defensores de Antonio Garamendi, el segundo en discordia.

En las formas, Garamendi se ha mostrado respetuoso con los trabajos de los negociadores de CEOE. “Soy leal a la organización, puedo compartirlos o no, pero por lealtad no voy a interferir”, ha asegurado. Sin embargo, Garamendi no ha dejado pasar la ocasión de recordar que la decisión última sobre este acuerdo deberá tomarla en última instancia el comité ejecutivo y la junta directiva, los dos órganos principales de dirección de la patronal.

La pugna con Garamendi obliga a Rosell a intentar cerrar un buen acuerdo. Y más después de las críticas lanzadas por sus detractores, que le acusan de debilitar el peso de la patronal, y de plantear poca batalla al Gobierno en decisiones como el reparto del dinero para la formación y los cambios contenidos en la nueva ley de mutuas.

No todo son discrepancias

En cambio, patronal y sindicatos han logrado estrechar posturas en torno a algunos asuntos capitales, afirmaron este lunes en fuentes sindicales. El principal asunto sobre el que parecen acercarse el acuerdo es el papel que debe jugar el convenio de sector, muy debilitado en favor del de empresa por los cambios introducidos por la última reforma laboral. Persisten en cambio diferencias menores en lo que hace a contratación a tiempo parcial, así como en cuestiones relacionadas con la igualdad y mecanismos de flexibilidad interna.

Finalmente, las discrepancias vuelven a la hora de hablar de dinero. Los empresarios defienden que las cláusula de salvaguarda –que actualizan los salarios en función de la inflación – se activen únicamente si el IPC supera el 2%. Una cifra demasiado alta para los sindicatos, que piden rebajarla en virtud del actual entorno, marcado por la baja inflación.