“Soy autónoma y me queda poquito de pensión”

20/11/2014

diarioabierto.es.

pilarborbonDoña Pilar ha participado en las 45 ediciones de El Rastrillo, excepto en una “acababa de perder un bebé y mi marido no me dejó y siempre me ha gustado encargarme del bar porque no veas cómo servía de bien las copas. Los primeros diez años había que lavarlas a mano porque no teníamos máquinas, hasta las hemos limpiado en el lavabo de señores que olía regular y con un frío espantoso y sin guantes. Ahora tenemos unas máquinas que lavan cien vasos de golpe y eso es una maravilla”.

¿Cuál es el cóctel que mejor prepara?

Ninguno porque no servimos muchos, quizás el blodie mary. Lo que más preparaba en whiskies, coca cola con ron y si no lo sabes preparar se coge un libro y se aprende o lo buscas en internet que salen todos.

¿Cuál es su trabajo en el Rastrillo?

Lo mío es el bar y lo que ahora me toca es pasearme de puesto en puesto y dar las gracias a todo el mundo. Pasearte por ochenta puestos pues te lleva todo el día y voy haciéndome vieja y me canso.

¿Cada vez hay más gente que quiere ayudarles?

Ahora la cosa se complica por los estudios o porque tiene que trabajar el matrimonio para sacar su familia adelante. Mis nietos venían todos el que está en tercero de telecos era un barman estupendo, otro hijo ayudaba en una tómbola porque le gustaba vender y Simoneta en el bar, la vida se complica pero no nos faltan manos.

¿Cuántas lágrimas ha derramado?

Muchas, muchas y te emocionan los casos más tristes que son los de psiquiatría porque suelen ser por malos tratos.

¿El Rastrillo es la mayor fuente de ingresos para Nuevo Futuro?

Nos alimentamos del Rastrillo para darles ese plus a los hijos que tenemos recogidos, que son niños del Estado porque la patria potestad siempre es del Estado. Nuestros niños están en sus pisos donde viven entre siete y ocho chicos. También tenemos unas “Unidades Dependientes” que son señoras que están en el tercer grado de cárcel y tienen niños menores de tres años, a las madres les buscamos un trabajo y el niño está en una guardería fuera de la cárcel.

¿Hay gente que cuando la ve la huye porque siempre está pidiendo?

Sí, si me pasa porque me paso el año pidiendo pero la gente en España es muy generosa y tengo que decir que siempre estoy pidiendo y siempre me dan. Le contaré una anécdota una vez un señor me dijo; “¿Usted aceptaría para su Rastrillo unos muebles que no quiero?” y yo, que no digo no a nada, ahí que nos fuimos a Loeches a por ellos y estando allí, vimos que al lado había una fábrica de verduras cortadas y nos dijimos, vamos a llamar a pedirles. Nos abre la puerta un señor y nos dice; “la conozco perfectamente, usted es doña Pilar y nada de darles vamos a llevarles todos los días verduras y fruta recién cortada al Rastrillo”, con lo cual tenemos unas ensaladas magníficas.

¿Ser enfermera le ha servido?

Pero no me ha servido de nada para esto, a lo mejor un día una de mis niñas se cortó un dedo y le puse una tirita, pero hasta ahí llegó la puesta en práctica de mis conocimientos.

¿Llegó a trabajar como enfermera?

Hice tres años en la escuela del Estado y luego tres años más trabajando en los hospitales civiles de Lisboa que son los públicos, en total he trabajado de enfermera seis años. Soy enfermera del Estado de Portugal.

¿Ha trabajado con horario y jefes?

He tenido muchísimo horario y jefes, claro que sí. Había que estar uniformada a las ocho menos cinco de la mañana y he tenido jefes, eso te viene muy bien para el carácter, aprendes humildad a toda velocidad. Era un trabajo regladísimo, estaba a lo que me tocara; limpiar la porquería, hacer alguna cura o hacer camas que desde luego camas he hecho un montón.

¿Ha cotizado a la seguridad Social?

En Portugal no, porque no me podían contratar. Lo que hacían era tenerme en la enfermería escuela como directora de una sala o profesora pero sin cobrar un céntimo, nunca he cobrado un céntimo pero cumplía igual, puesto que me había apuntado a eso. En España, desde que murió mi marido, dirijo la empresa familiar y cotizo como autónoma.

Entonces, ¿Le quedará poco de pensión?

De pensión poquito, pero tengo una de mi marido que cotizó 22 años y como cotizó bastante tiempo, no te digo que se pueda vivir, pero teniendo los hijos ya mayores, pues me arreglo. Cuando murió mi marido tuve mucha ayuda moral de parientes y amigos pero fue una época un poco complicada.

Usted ha educado a sus hijos igual pero no es costumbre en su familia porque usted, igual que la infanta Elena, han sido discriminadas por ser mujeres. ¿Cómo lo acepta?

No me ha molestado nunca, gracias a Dios. Mire con cuatro años tuve un ataque de celos porque a mi hermano le dieron un uniforme de Capitán de Caballería y yo, que era más alta y mas fuerte, no me dieron uniforme, hasta que no me pusieron el de marina no cejé. A los cinco años entendí que me habían puesto en la tierra para proteger a mi hermano y como yo era mucho más grande y fuerte que él, al que lo zurraba yo lo zurraba, claro que ahí yo tenía derecho y le decía “y ahora haces lo que yo te diga”.

¿Y entonces aprovechaba para mandar a su hermano?

Ah, bueno, no vea cómo le mandaba. Le mandé hasta que creció, hasta los quince o dieciséis años.

¿Nunca le molestó que los derechos pasaran a su hermano por ser hombre?

Es que ni lo pensé pa´qué, las cosas son como son y no vale la pena discutir y tampoco se me ocurrió. Era para mi hermano, pues muy bien le tocó a él la china porque es difícil y lo ha hecho muy bien y ha estado toda su vida dedicado. Eso sí, mi padre nos educó a todos igual en una cosa, él nos decía; “si no sirves a tu país, no sé de qué sirves” eso sí que está metido en nosotros desde pequeñitos, el servicio a España.

Usted ha vivido dos renuncias, la de su padre y la de su hermano, ¿cómo las ha vivido?

Son muy emocionantes en el momento, pero es un paso natural en la vida y hoy en día la gente vive mucho más tiempo y tienes un hijo perfectamente preparado, pues le cedes los derechos porque lo has decidido y quiere hacerlo él porque ha llegado el momento.

En el momento de la abdicación recordé a la infanta Elena, que es el mismo caso que usted.

Elena ha pensado lo mismo que yo, que esto es así. Yo hasta que crecieron las infantas hacíamos un montón de cosas, ellas crecieron y nos fuimos apartando. Es que no hace falta decirlo, es automático, es tan normal que nadie en mi familia se hace la pregunta, las hacen ustedes, para nosotros es ley de vida y punto, no se discute.

¿Este año dónde se tomarán el pavo en Navidad porque en La Zarzuela se está complicando?

Pavo nunca cenamos porque lo odiamos todos y desde hace cuatro años lo celebramos en mi casa porque yo avanzo con el 54 por ciento del personal y ya éramos muchos para La Zarzuela, con mucho niño pequeño, así que en la familia lo hacemos en mi casa y al día siguiente, como con mis hermanos.

¿Cómo está el rey Juan Carlos?

Lo he visto ayer en casa de mi hijo y está estupendo. Ahora, que lleva muchos meses sin tomar cortisona, está más delgado y con un color normal. Está estupendo y alegre. Ha tomado la decisión, pues está tomada y no se discute. En familia no se da la importancia que ustedes le dan fuera, para mí es mi hermanito del alma con el que sigo hablando como siempre.

¿Usted nunca escribirá la historia que ha vivido?

No, nunca porque aún hay gente viva a la que puedes hacer daño y que puede que no estén de acuerdo. Por respeto y cariño a la Institución, no lo haré nunca. No leo nada sobre mi familia porque me pone muy nerviosa lo que se inventan y lo que sacan de contexto y tampoco voy a dejarlo escrito para no poder enterarme y reírme con lo que digan sin estar yo delante, eso no quiero perdérmelo, así que no lo escribo y se acabó.

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