‘Fausto’, la reinvención del mal

21/11/2014

diarioabierto.es. Los actores Roberto Enríquez, Ana Wagener, Víctor Clavijo, Marina Salas y Pablo Rivero encarnan la reinvención del mal en el 'Fausto' de Tomaz Pandur, un espectáculo que se representará en el Teatro Valle-Inclán de Madrid, desde el 21 de noviembre hasta el 11 de enero del próximo año.  

Durante la presentación de la obra, basada en la tragedia en dos partes de J. W. Goethe, que ha tenido lugar este jueves en Madrid, su director, Tomaz Pandur, ha explicado que volvió a España para «reconstruir y reinventar la idea del mal». «Como todos sabemos en el libro de Goethe el mal está presentado por Mefistófeles (Víctor Clavijo), pero en nuestro espectáculo el mal es la familia» –ha indicado– que es «la metáfora del mundo».

Pandur ha concretado que en su «familia» están «papá y mamá, Víctor Clavijo y Ana Wagener» y ha añadido que es su primera colaboración con «estos dos talentos increíbles». «Ellos están llevando esta función, con su interpretación, a una nueva y fresca idea de ‘Fausto'», ha asegurado.

En la función, –según ha proseguido el director–, «tienen dos hijos perfectos, un niño y una niña». «Marina Salas haciendo el papel de Margarita y Pablo Rivero en el papel de su hermano Valentín», ha declarado Pandur, quien ha recordado que es su segunda colaboración con Rivero y que espera que «no sea la última».

«Pablo y Marina en esta función encarnan la figura de niños que son abusados y violados. Esta es una idea que está muy presente en el mundo de hoy. Ellos entienden de una manera increíble y profunda el problema de los niños abusados», ha manifestado, para después agregar que éste es «un nuevo aspecto en la relectura o reinterpretación del ‘Fausto’ de Goethe».

Enorme inspiración

Seguidamente, ha presentado ha presentado a Emilio Gavira (Wagner), «una fuente enorme de inspiración». «Compartir mis sueños con él es realmente como si tuviera dos almas», ha asegurado, al tiempo que ha concedido una «atención especial» a cuatro «nuevos talentos» del teatro español: Manuel Castillo, Alberto Frías, Aarón Lobato y Rubén Mascato (empleados de Mefistófeles).

«Esta es la gente que cada noche comparte su vida, sus emociones, todos juntos. Se han convertido en autores de la función y esto es lo mejor que un director puede soñar. Me he encontrado con una compañía que trabaja desde la necesidad, desde una respuesta pura, emocional e intelectual, y demuestran qué importante es el teatro contemporáneo y, por otro lado, cuan difícil es conseguir los momentos en escena, los momentos en los que uno puede decir instante detente, eres tan bello», ha afirmado. Así, Pandur ha subrayado que «ellos» son la razón por la que le gusta tanto España y el teatro español.

Sobre los motivos que le condujeron a llevar ‘Fausto’ a las tablas, ha relatado que se trata de uno de esos libros que lleva «siempre» consigo y ha detallado que «hace un año y medio, un día» se despertó y sitió que «el momento era el adecuado». Pandur ha señalado que la historia medieval de ‘Fausto’ es «muy simple, es muy arquetípica».

«Es la historia, una tragedia, de un hombre que vendió el alma», ha destacado, al tiempo que considera que «todo lo demás es interpretación» de diferentes autores como Goethe. Una de las razones –ha afirmado– que le inspiró para llevar ‘Fausto’ a escena es «el hablar de cosas cruciales que suceden» en la vida.

Asimismo, ha declarado que el espectáculo no habla «sólo de un científico o un alquimista que está en su laboratorio creando un nuevo hombre», sino de «todos los hombres, de un hombre común que grita pidiendo ayuda o que grita para poder tocar el momento más bello o para ser amado y amar».

Una lucha contra el mundo

De este modo, Pandur quería hablar de «un hombre que lucha contra el mundo», de un hombre que «está al límite de la existencia» y de la «necesidad de adquirir más sabiduría y ampliar los horizontes». «Por su puesto, quería hablar también del mal porque como sabemos el mal forma parte del mal y Fausto y Mefistófeles juntos son sólo una persona, constituida por dos aspectos», ha remachado.

Durante el proceso –según ha detallado– se dio cuenta de que dirigir ‘Fausto’ es «como dirigir al menos cuatro tragedias de Shakespeare en una» y de que no había que «competir» con lo «grande y monumental» de la obra de Goethe, sino poner en escena sus «propios corazones», contar sus historias y hablar de su «soledad, desesperación y punto de vista sobre el mundo».

Preguntado sobre si en la obra se mantiene las dos partes del texto de Goethe, Pandur ha aclarado que, en el espectáculo, la primera parte versa sobre el llamado ‘protofausto’, constituido por el primer encuentro de Fausto con el Diablo y la tragedia de Margarita. La segunda parte es, a su juicio, «completamente diferente» porque es un «viaje más metafísico, más espiritual, una alucinación de los suelos de Fausto o la entrada en el mundo del subconsciente».

En la presentación de la obra, Roberto Enríquez ha asegurado que trabajar con Pandur es «lanzarse al abismo» y que te obliga a «deconstruirte» para que de ello «aparezca algo nuevo» produciendo, por un lado «pánico», pero por otro, una «experiencia y una oportunidad maravillosa». «Hace que te sientas autor de tu propio trabajo», ha subrayado.

En este mismo sentido se ha expresado Ana Wagener, quien ha confesado que en la primera semana se sentía «asustada» porque la libertad que otorga Pandur a los actores da «pánico». «El actor quiere tener agarraderas y con Tomaz Pandur las agarraderas no existen. Existe el abismo y sentirse en el abismo, para un actor, es lo mejor que te puede ocurrir porque te salen cosas que jamás pensaba que te podrían salir», ha asegurado.

Víctor Clavijo ha afirmado que ha podido afrontar el trabajo de una manera «muy lúdica» desde el principio y ha agregado que Mefistófeles, es un personaje «muy divertido» al que le caben «la maldad, el humor, el patetismo, la mezquindad más absoluta, la torpeza…».

Por su parte, Emilio Gavira ha destacado de Pandur que tiene «ese talento de hacer que uno busque en sí mismo», mientras que Marina Salas considera «importante» que lo que ofrece este espectáculo es «un universo y un mundo particular muy grande». Pablo Rivero ha dicho que le debe a su director que le haya descubierto que el teatro le guste «inmensamente más» de lo que pensaba. «Me he enamorado del teatro», ha subrayado.

Finalmente, Tomaz Pandur ha explicado que la ausencia de Antonio Gil en el reparto final se debe a la presencia de «demasiadas diferencias artísticas» entre las que ha destacado «actitud profesional» y «devoción».

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