El BCE publica las cartas que le costaron el poder a Zapatero

19/12/2014

Miguel Ángel Valero. El presidente del Gobierno español se comprometió a duros ajustes a cambio de una intervención europea en los mercados. // Carta de Trichet a Zapatero, 5 de agosto de 2011. // Carta de Zapatero a Trichet, 6 de agosto de 2011

El Banco Central Europeo (BCE) ha hecho pública, tras su reclasificación como “release”  la correspondencia cruzada, “strictly confidential”, entre su entonces presidente, Jean-Claude Trichet, y el que lo era en ese momento del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en agosto de 2011. Los ajustes que tuvo que realizar Zapatero a cambio de la ayuda del BCE le costaron el poder, ya que en las elecciones generales, que adelantó a diciembre de 2011, el PSOE sufrió una dolorosa derrota y el PP el mejor resultado de la historia de la democracia.

Todo comenzó con las exigencias del BCE para seguir suministrando liquidez a España en los mercados de deuda. El Consejo de Gobierno había analizado la situación en su reunión del 4 de agosto, planteando duras condiciones al Gobierno español, lo que era ‘de facto’ un rescate.

Al día siguiente, el presidente Trichet dejaba las cosas bastante claras a Zapatero, exigiendo reformas estructurales, entre ellas las del mercado laboral, proponiendo (casi imponiendo) la anulación de las subidas salariales ligadas a la inflación; medidas que saneen las finanzas públicas; reformas en el mercado, especialmente las que incrementen la competitividad en el sector energético y en el de servicios, y medidas que fomenten el alquiler de viviendas.

En una carta fechada el 6 de agosto de 2011, Zapatero responde a Trichet que el Gobierno español va a acometer medidas “en línea con las propuestas” realizadas por el presidente del BCE en la misiva del día anterior.

Zapatero se refiere a nuevas medidas de consolidación fiscal para reducir el déficit presupuestario en un 0,5 % del Producto Interior Bruto (PIB) con el objetivo de que no se exceda el déficit presupuestario del 6 % del PIB a finales de 2011. Esas medidas incluían una reducción del gasto farmacéutico de 2.400 millones de euros, mejoras en la gestión del Impuesto de Sociedades por 2.500 millones, 2.000 millones en ingresos adicionales de la subasta de parte del espectro radioeléctrico.

También anuncia medidas estructurales para el mercado laboral, como “la reforma de la negociación colectiva” para aumentar la flexibilidad empresarial. Y la intención del Gobierno español de aprobar “cambios regulatorios en la normativa laboral, mejorando la flexibilidad en la contratación para incrementar así la creación de empleo”.

Zapatero recuerda a Trichet que los sindicatos acordaron no vincular las subidas salariales con la inflación, sino con la productividad, que era uno de los aspectos subrayados por Trichet en su carta.

El presidente del Gobierno español muestra a Trichet su preocupación por las repercusiones de las tensiones financieras para España, pidiendo su intervención en los mercados mediante la compra de deuda soberana.

Pero también subraya que “es imposible que tales reformas estén plenamente operativas en el corto plazo para corregir las disfunciones que se están produciendo en este momento en los mercados financieros”.

Por tanto, “el Gobierno de España considera que el Banco Central Europeo puede jugar un papel crucial en la reducción de las tensiones a través de la compra de deuda pública española en volumen suficiente para estabilizar los mercados y asegurar el funcionamiento correcto del mecanismo de transmisión de la política monetaria”.

Esas acciones debían mantener su impacto hasta que la posibilidad de intervenir en el mercado secundario a través de la Facilidad Europea para la Estabilidad Financiera (EFSF, en sus siglas en inglés). “Confío en que el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo contribuirá, con la adopción de esta medida, a responder a las circunstancias excepcionales que amenazan la zona del euro”, concluye Zapatero.

 

 

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