Lo primero que cabe destacar en el mercado americano es que con la subida de ayer, se ha desactivado la amenaza del Hindenburg Omen:

Este indicador tiene la fama de haber estado presente en todas las grandes correcciones del mercado y ahora había dado de nuevo aviso. La señal del indicador sigue vigente durante treinta días siempre que no se produzca un hecho que la invalide y ese hecho es que el Oscilador McClellan del Nyse vuelva al terreno positivo, hito que sucedió ayer como se puede apreciar en el indicador inferior.

Ni un indicador ni otro son demasiado habituales en los gráficos de analistas por la sencilla razón de que no están basados en formulas obtenidas a partir de la evolución del precio, sino que entran dentro de la categoría de indicadores de amplitud, popular en Estados Unidos pero bastante desconocida a este lado del Atlántico.

Por tanto, no busquen en otros sitios gráficos propios sobre estos indicadores ya que en la mayoría de las ocasiones lo que obtendrán en una copia de alguna web americana. Pocos están tan locos como yo y calculan a diario los indicadores de amplitud del mercado, pero mientras sea una locura rentable, seguiré haciéndolo.

A lo que íbamos, el caso es que se esperaba una sesión de consolidación y la hemos tenido:

Pero hay un «pero» y puede ser importante y se puede ver bastante claro en este gráfico del Dow Jones en velas de cinco minutos. La parte final de la sesión podría estar avisando de que vienen curvas de nuevo con un recorte muy feo al que habrá que prestar mucha atención el lunes, más que nada por el lugar en el que se ha producido:

Lo vemos en estos gráficos diarios del S&P 500 (superior) y el Nasdaq Composite (inferior). Justo al llegar a la zona en la que tienen que demostrar esa fuerza con la que vienen rebotando han entrado las dudas y han retrocedido con claridad. El S&P 500 justo en la zona de máximos y el S&P al tocar la línea trazada por los máximos descendentes con la que comenzó su última corrección.

Los seguidores de las teorías de Ondas de Elliott siempre tienen presentes estos sitios ya que son los lugares favoritos del mercado para ejecutar uno de sus engaños característicos. Cuando parece que se ha salido al alza y las ondas vuelven a ser alcistas, en realidad se trata de una pauta de recuperación, una Onda B, que suele servir para caer de nuevo con fuerza desde más arriba y con mayor profundidad que en la caída anterior.

No soy especialmente seguidor de las cuentas de ondas, pero no negaré que esta «trampa» la he visto muchísimas veces, así que mucho cuidado.

¿Contamos con algún factor que nos indique que no está la cosa tan complicada?

Este es el gráfico diario del Russell 2000, el índice de los pequeños valores y, curiosamente, el que está moviendo de verdad el mercado junto con el Dow Jones, el índice de los macrovalores. Ha superado su primera resistencia, lo que es un buen síntoma, y además lo ha hecho cerrando por encima, lo que es mejor aún. Ahora tiene margen libre para subir y atacar la resistencia definitiva, la que marca los máximos históricos. Sigan este gráfico, que puede tener muchas claves del inmediato futuro.

Para el lunes, por tanto, incógnitas. Puede que la cercanía a máximos se atragante al mercado o, simplemente, que tal y como están las cosas muchos inversores hayan preferido salir corriendo de fin de semana con las ganancias aseguradas.

Recuerden que en las últimas semanas los tramos finales de los viernes se caracterizaron por la salida en tromba del mercado de muchos inversores que no desean quedarse dentro durante el din de semana no vaya a ser que Putin la líe o cualquier cosa por el estilo. Ya saben, nunca se sabe…

Al cierre, el Dow Jones avanzó un 0,15%, el S&P 500 un 0,46% y el Nasdaq Composite un 0,36%.