Ya extrañó ayer que Wall Street festejara la QE europea más intensamente que las Bolsas europeas y por eso más de uno estaba con la mosca detrás de la oreja y precavido no fuera a ser que aparecieran de inmediato las realizaciones de beneficios.

Y han aparecido aunque no ha sido por casualidad. Ya puede poner el BCE los miles de millones que quiera encima de la mesa que Wall Street es Wall Street y si el PMI industrial americano se coloca en mínimos de doce meses, Wall Street se va a ir abajo sí o sí.

Pero es que además una de las empresas más influyentes, aunque no sea de las mayores ni de las más habituales, ha lanzado una advertencia al mercado subrayando que muy posiblemente sus resultados del cuarto trimestre van a decepcionar.

Se trata de la multinacional de paquetería UPS, una de las ‘empresas termómetro’ de la economía estadounidense. Si UPS va bien es porque hay mucho movimiento en la economía americana, pero si sus resultados decepcionan, puede ser porque no están tan bien las cosas como se había previsto.

Y como aparecen las dudas, aparecen las ventas. Han sido cuatro sesiones al alza consecutivas y muchos prefieren el pájaro en mano a cientos volando, especialmente si es viernes y el domingo hay elecciones en Grecia. Será por eso que desde las ocho de la tarde, hora europea, Wall Street no hizo otra cosa que bajar.

Al cierre, el Dow Jones perdió un 0,79%, el S&P 500 un 0,55%, el Nasdaq Composite avanzó un 0,16% y el Russell 2000 retrocedió un 0,12%. Ya es curioso que los índices con más valores sean los que mejor han estado hoy…