Los resultados de OHL de 2014 han estado marcados por una provisión genérica -no fue desglosada- de 301 millones de euros que han llevado a una caída del 91% del beneficio neto, hasta los 23 millones, mientras las ganancias recurrentes se redujeron un 48% desde los 270 millones a los 140 millones de euros. OHL no pudo compensar los efectos extraordinarios conn las plusvalías de 214 millones logradas al vender un 5% de Abertis a otra sociedad del Grupo Villar Mir.

En la presentación de los datos del pasado año los principales hilos conductores de la intervención del presidente del grupo, Juan Miguel Villar Mir, fueron la deuda: que gestores y analistas parecen no percibir que OHL es -después de ACS, la empresa menos endeudada de la seis que cotizan en el Ibex-, si se mide con el ratio de deuda total neta y Ebidta (resultado bruto de explotación), y que asciende a 5,2 veces.

Otra de las bases de su discurso fue la «excelente posición» del grupo en las áreas más importantes de su actividad -concesiones y construcción- y en los países clave -Chile, México, Colombia, Perú, Estados Unidos y México, así como España y Europa Central-lo que le debe permitir crecer y cumplir con las pautas financieras que tienen que llevar a OHL a recuperar el investment grade. La deuda total permanece plana en 6.714 millones (un 77% es endeudamiento sin recurso).

Por ello, y con la tranqulidad que da su cartera de pedidos (más de 7.600 milones) y su estructura de deuda (el próximo vencimiento es de 425 millones en 2018), Villar Mir señaló que al accionista se le mantendrá una remuneración razonable: hasta ahora se repartía el 25% del beneficio neto recurrente, y dado que este año se ha reducido significativamente, este ejercicio se revisará la fórmula o el porcentaje de forma excepcional.

La actividad internacional, como también destacó el consejero delegado del grupo, Josep Piqué, es la base del futuro: el 98% del Ebitda se genera fuera y el 87% de los contratos son internacionales.