Una calle con mucho gusto

30/03/2015

Carmela Díaz. Barquillo, además de por su céntrica ubicación, siempre ha destacado por ser una de las calles más castizas de Madrid: su mismo nombre la delata. Pero ahora se está convirtiendo en una zona con una amplia oferta gastronómica, original y variada. Hoy os presentamos tres establecimientos de obligada visita si paseáis por esta emblemática calle.

sifonTaberna (y colmado) Sifón. Se encuentra en la esquina de Barquillo con la plaza del Rey. El establecimiento combina la oferta de un ultramarino a la antigua usanza con la degustación en barra de todos los productos que se pueden llevar para casa, expuestos en interminables estanterías en el interior del local. Su decoración nos traslada a una taberna de otra época en la que se han incorporado toques contemporáneos para conseguir un ambiente acogedor. Sifón combina la oferta de una tienda de comestibles de toda la vida con el servicio en barra de platos y tapas (ensalada de habitas fritas con berberechos, de sardinas ahumadas, tostas, empanadas caseras, salchicha alemana   con chucrut y tres mostazas, tablas de jamón ibérico, de ahumados, etc.). Los productos con Denominación de Origen de la Comunidad de Madrid ocupan la mayor parte del protagonismo de su extensa carta para llevar: aceites, aceitunas, quesos artesanos (deliciosos, servidos con confitura de violeta), cervezas artesanales, conservas, café, etc. El vino es uno de sus fuertes; cuenta con una carta que incluye más de un centenar de referencias de las regiones vinícolas españolas más desconocidas. Junto a las especialidades de Madrid, una selección de productos delicatesen de otras comunidades complementa la oferta del colmado. Ahora que se acerca el buen tiempo tiene terraza en la misma plaza del Rey, ideal para tapear o disfrutar al sol de su amplia oferta de bebidas.

dosvisaCasa Carolo. Nuevo restaurante ubicado en la calle Barquillo 40. Un local con mucho encanto, que aunque parece un amplio escaparate por fuera para ver y ser visto, resulta íntimo y acogedor por dentro. Nada más traspasar la puerta te encuentras con una animada zona con barra y mesas altas para picar, y más allá el salón comedor con pocas mesas, pero muy bien decorado: te sientes como en casa. La carta no es extensa pero los platos están bien seleccionados y la relación calidad precio es muy buena. A destacar unas riquísimas verdinas con boletus, las verduras de temporada con sésamo, cúrcuma y pollo de corral, un más que aceptable roast beef, el cerdo asado con patata y plátano flambeado y el coquelette asado con generosos vinos. Dispone de una carta adicional de bocados con cocina abierta durante todo el día y un buen surtido de cócteles.

tresEl Botiquín. Este coqueto local de productos gourmet (para tomar y para llevar) se encuentra en Barquillo 11. Una más que cuidada puesta en escena de su escaparate hace imposible que te no fijes en El Botiquín. Podríamos definirlo como una tasca de las de siempre con los productos delicatesen de los de ahora. Conservas (deliciosos los berberechos, almejas, mejillones y navajas) vinos, cavas y tablas de embutidos y quesos son su mejor carta de presentación. Pero todo está delicioso en este rincón gastronómico: la mojama, la melva canutera, la escalibada con anchoa, la anguila ahumada y unos bocatas en pan de chapata artesana de fuet, sobrasada, butifarra, sardinillas, caballa y jurel por tan solo 3,90€ de chuparse los dedos.

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