Carmela Díaz. Verano, aire libre, días de sol, brisa marina, flores de tiaré y el cuerpo moreno protegido por aceites elaborados con productos originarios de la Polinesia que además desprenden una fragancia maravillosa. ¿Queréis saber cómo conseguirlo?

Desde siempre nos ha atraído la piel, suave y satinada, de las mujeres de la Polinesia. El secreto de su dermis reside desde hace miles de años en el excepcional patrimonio vegetal de la isla de Tahití. Con el mayor respeto a las tradiciones y después de investigaciones profesionales sobre los efectos del sol en la piel los laboratorios Klorane han concentrado esos secretos de belleza, en una línea de cuidados, Polysianes, de texturas únicas y un complejo de cuidado exclusivo a base de monoï de Tahití, morinda y vitamina E en una gama que nos proporciona una piel suave.

Pero, ¿qué es el monoï? Es el alma de Tahití también denominado oro de la Polinesia. Desde hace siglos los polinesios transmiten su conocimiento sobre las cualidades de este aceite sagrado obtenido mediante la maceración de las flores de tiaré (Gardenia Tahitensis) en aceite de copra (Cocos Nucifera). Durante un mes se necesitan 12 flores frescas de tiaré, recogidas en su fase de crecimiento, por litro de aceite de copra. A continuación, durante 24 horas, el monoï se decanta, se filtra y se enriquece con antioxidantes. Este ritual de belleza se transmite de generación en generación. Más allá de su atrayente aroma, la piel disfruta de su extraordinaria hidratación y su capacidad de preservarla del envejecimiento, ya que activa la regeneración celular.

¿Y la vitamina E? Esta vitamina resulta el mejor aliado para proteger la membrana celular contra las agresiones externas y contribuye a ralentizar el envejecimiento cutáneo gracias a su acción antioxidante.

Morinda. También conocida con el nombre de noni, el fruto de esta pequeña planta polinesia es utilizada desde tiempos inmemoriales por los isleños como analgésico. Polysianes la ha seleccionado por su alto poder antiradicales libres para proteger la piel del sol. Rica en proteínas, oligoelementos y polifenoles, posee cualidades antioxidantes que limitan el impacto negativo de la radiación solar sobre las células.

Hidratación, nutrición y protección para la piel es el secreto de Polysianes que además esta temporada completa su gama con dos nuevas referencias: aceite seco y gel nacarado al monoï.

• Los aceites. Polysianes siempre ha apostado por la textura en aceite. La primera vio la luz en 1989, después de 15 años de investigación, convirtiéndose en el emblema de la gama solar. En 2015 para responder a las necesidades actuales, se ha creado el aceite seco al monoï que contiene 5 filtros protectores frente a los UVA y UVB. Su fórmula también contiene un complejo de activos antienvejecimiento diseñados para frenar el mecanismo de degradación celular, responsable del envejecimiento cutáneo. Es resistente al agua y a la humedad. En cada aplicación, el aceite seco al monoï se desliza sobre la piel como un velo de seda, se absorbe rápidamente y deja la piel satinada. La textura del aceite seco es ultra-ligera, tanto que se puede vaporizar sobre el cabello para protegerlo de las agresiones del sol, el mar, la sal y el cloro.
• Gel nacarado. La nueva fórmula de este gel tiene un potente toque seco, no graso, gracias a su cosmética de rápida absorción que resiste al agua y la humedad. Contiene micro-nácares, es cremosa pero a la vez ligera como un gel sobre la piel. Un cuidado que apetece volver a aplicarse una y otra vez. Se absorbe al instante, deja la piel satinada, suave y con aroma a ese monoï de Thaití, mezcla de sol y flores.