La madre de todas las batallas

18/06/2015

Carmen Duerto.

Sí, Isabel Preysler, 64 años, está ilusionada con el premio Nobel, Mario Vargas Llosa,79 años, que más que Nobel es un viejo amigo. Han salido, salen y seguirán haciéndolo. El escritor aclara; “Lo único que confirmo es que estoy separado”. Ambos son lo suficientemente maduros para haber tomado la decisión de permitir que la revista Hola publique una foto de una de esas citas. No se han escondido, ni era la primera vez que salían. Era cuestión de tiempo que se supiese. Ella está viuda desde hace ocho meses y al parecer, ha sido un ejemplo de atención y cuidados a su esposo Miguel Boyer. El que quiera achacarle que ha sido un duelo corto, es libre de hacerlo para gustos los colores. Parece ser que lo cuidó hasta el punto de convertirse en casi una ermitaña, en una cueva de oro, pero ermitaña. Que Vargas Llosa y su esposa Patricia, han tenido sus baches, es otra realidad y que han durado 50 años, también. Cuando el tren se va alejando y por las edades que ambos tienen, extrañe que hayan tomado una decisión radical “a estas alturas con todo lo que se han aguantado, para qué separarse” pues para poner fin a una relación y empezar o retomar otra. Eso es lo que ha pasado.

El problema, cuando uno no quiere ni verlo ni creerlo, es que se agarra a un clavo ardiendo y cree que, como otras veces, pasará. No cede ante una separación y se pone un antifaz para no ver que esta vez sí va en serio. Así ha sido. Ante la portada de la revista Hola, que es “inocente” porque no hay ni besos, ni efusiones, ni aparentemente nada más que dos personas que se conocen desde hace 30 años, han quedado para almorzar. Pero la sorpresa está contenida en un par de líneas, en las que se afirma que el escritor está separado. Ahí surge el tsunami. El huracán y la madre de todas las batallas. Preysler, la reina de corazones, ilusionada y no con un espejismo, sino con el NOBEL, con mayúsculas, que encima es atractivo y coqueto.

Pueden pasar cientos de cosas en la sociedad española, que un okupa sea el responsable de la policía que hace una año le desalojaba, que un antisemita y macabro personaje sea concejal de cultura o que el rey le revoque a su hermana Cristina el uso de su título de Duquesa, pero si Preysler se ilusiona, la ciclogénesis explosiva se dispara.

Desde el notición, Isabel permanece en una especie de “arrestro domiciliario” hasta que amaine la tormenta. Ella sabe cómo hay que actuar. Su experiencia vale un Cum Laude. Vargas Llosa seguirá dejando que el coche con cristales oscuros de Isabel lo traslade fuera y dentro de la mansión. Por su parte, Patricia que firmaba su comunicado en Madrid, está recibiendo el apoyo de sus hijos Morgana, Álvaro, y Gonzalo, que fue novio de Genoveva Casanova. Aún tenemos la imagen de la ex Condesa de Salvatierra paseando con muletas por un Estocolmo nevado y unos zorros rojos prestados por el peletero Miguel Marinero y cómo en el baile post-entrega de los premios Nobel, se marcó un baile con el que pudo haber sido su suegro escritor. Un hombre que siempre ha sabido apreciar la belleza femenina, no en balde un novelista necesita vivencias para nutrir sus relatos. Por ejemplo, le gusta subir a los escenarios para interpretar sus propias obras de teatro junto a Aitana Sánchez Gijón.

Volviendo al tsunami Preysler-Vargas Llosa, además de confirmar que sí que salen juntos. Que ambos son adultos libres, que a Patricia Vargas Llosa, aunque ella en su comunicado siga firmando como Vargas, el Llosa es común porque el escritor y ella son primos, le ha costado entenderlo y de ahí que esa portada esté dirigida a ella. Esa exposición de los hechos públicamente urbi et orbi, es inapelable. Ante eso, puedes lanzar tu último comunicado desesperado pero nada más. Es un órdago con envido a la grande y final de partida. Búscate un buen abogado que hay mucho patrimonio y fuerzas muy encontradas.

Desde que Isabel en 1986 fuera enviada por la revista Hola a entrevistar a Mario Vargas Llosa a Estados Unidos y ahí naciera una bonita amistad que han compartido con sus parejas respectivas, Patricia y Miguel. Han comido, cenado, coincidido en vacaciones y los hijos de ambos se conocen.. Entre los hijos de ambos, no mantienen amistad porque son de generaciones diferentes pero sí han coincidido en alguna ocasión y se conocen. Quizás más con Morgana que con Álvaro y Gonzalo. Y sí, todo ha sucedido con normalidad, excepto el disgusto de Patricia que “ruega respeto por su privacidad” y está sorprendida “y apenada por las fotos que han aparecido en una revista del corazón”. Ha tenido que ser al darse de bruces con la portada del Hola el empezar a pensar en la compleja y costosa separación, aunque ella se empeñe en no querer ver “hace apenas hace una semana estuvimos con toda la familia en Nueva York celebrando nuestros 50 años de casados”. Como dando a entender que dos que celebran unas bodas de oro, no están separados, pero sí y Preysler es mucha Preysler. Estamos ante un nuevo libro con las páginas aún en blanco.

 

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