A escasas horas de que se haga realidad la situación que todos los involucrados querían evitar y que al final se han empeñado en propiciar, el default griego, las perspectivas de un acuerdo parecen imposibles antes de saber qué pasará el próximo domingo en el referéndum convocado por el primer ministro griego, Alexis Tsipras.

Más o menos, la sesión se puede resumir visualmente así:

Es más o menos todo lo que ha ocurrido hoy. El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, ha intentado una nueva aproximación a Grecia en forma de nueva oferta, que ha sido recibida con simpatía relativa desde la otra parte. Digo simpatía relativa desde la otra parte, porque se exigía que el acuerdo se firmara hoy mismo y Tsipras ha dicho que nones, mandando otra propuesta en la que exigía que el FMI se mantuviera al margen del nuevo rescate.

Y, con toda lógica, Merkel, que es la que manda en Europa se pongan como se pongan los demás, dijo que no, a pesar de que Juncker estaba dispuesto a forzar una nueva reunión de urgencia del Eurogrupo si había suficiente aproximación en las partes.

Esta vez con buen criterio, Merkel dijo que hasta conocer el resultado del referéndum ni se puede ni se debe negociar nada porque si se somete a la «soberanía popular» una cuestión habrá que esperar a su veredicto. De hecho, desde Alemania se va más allá, sugiriendo que les gustaría que ganara el sí y negociar con otro gobierno, lo que da una idea de hasta qué punto se han deteriorado las relaciones incluso personales entre las partes.

Pero el caso es que siguen los contactos entre las dos partes y que podría estarse negociando entre bambalinas, pero el mercado cuenta con que la negativa alemana a cualquier negociación ahora mismo hace de estas conversaciones un punto posible de partida a partir del lunes, pero ni un minuto antes.

Por cierto, que me cuentan una maldad que debo trasladarles. Dicen en los mentideros bursátiles que en pleno verano, la convocatoria del parlamento alemán para ratificar un posible acuerdo con Grecia podría no ser tan ágil como lo hubiera sido la semana pasada y que si hubiera un retraso por esta causa sería achacable directamente a Grecia y su decisión de convocar un referéndum. A estos límites hemos llegado…

En fin, que al cierre, el Dax se dejó un 1,25%, el FTSE un 1,50%, el CAC un 1,63% y el Ibex un 0,78%