Estando creciendo

01/07/2015

Luis Díez.

El gerundio oficial es creciendo. Lo pronuncian con satisfacción todos los miembros del Gobierno desde hace meses y lo repiten cuantos pintan o quieren pintar algo en el PP. Para ser didácticos han de añadir que “estando creciendo” al 2,8% ya crecemos al 3,1% y llegaremos al 4%, alcanzando la cimera de la Europa. ¿Quién iba a decir que pasaríamos de la sima a la cima en tan poco tiempo? Para ser justos hemos de recordar la hilarante frase del profesor Cristóbal Montoro en el otoño de 2014: “La economía española asombrará al mundo” y el increible aserto de Mariano Rajoy: “En Europa ya sólo se habla del crecimiento español”.

Bueno, pues estando escuchando con la mejor disposición gerundiva a la secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández Currás, el martes 30 de junio, se sorprendió el presidente de la comisión presupuestaria del Congreso, José Enrique Serrano, de la falta de interés de todos los grupos de la oposición, a excepción del PSOE, por las buenas noticias sobre el crecimiento y la reducción del déficit público. Ni los portavoces de Convergencia, Unió, PNV, IU, UPyD y el Grupo Mixto, ni diputado alguno de estas formaciones acudieron a escuchar y debatir sobre el crecimiento del PIB, el aumento de la recaudación fiscal y la reducción del déficit público. ¿No les interesan las buenas noticias o no cobran por cumplir con su deber? A última hora apareció el de UPyD, Rafael Caldúch, quien se disculpó por tener que hacer frente a otra comisión –sólo se celebraba la de Agricultura– y se interesó por el notable crecimiento de la recaudación de los impuestos indirectos y las tasas públicas, que pasan de los 5.000 millones presupuestados a 9.326. Currás le aclaró que no es sableo al personal, sino desembolso del Tesoro para reducir deuda pública. A Caldúlch, buen economista, le faltó reflejo para brindar un concepto que no induzca a error.

La ausencia de colegas permitió al socialista Joan Rangel brillar con luz propia al realizar sus observaciones sobre las decisiones del BCE que están ayudando especialmente a España e Italia; el empleo temporal y de ínfima calidad que se está creando –la tasa de actividad industrial sigue en picado–; el gran esfuerzo de reducción fiscal de las Autonomías, que son las que prestan los servicios sociales básicos y directos a los ciudadanos como la Educación, la Sanidad y los Servicios Sociales; la reducción electoral de los impuestos que subieron en 2012, el aumento de la deuda pública y, sobre lo que denominó “la cuadratura del círculo”, es decir, que con salarios más bajos esté aumentando el consumo.

No desanimó a Currás el alegato de Rangel. La jefa del Presupuesto reconoció: “El viento de cola nos está ayudando”, y exclamó en referencia al BCE: “¡Ojalá la política expansiva hubiera llegado antes!” Sobre el empleo precario dijo la precariedad es inherente (unido por naturaleza) al empleo. Pudo añadir: “Y a la vida”, pero no lo hizo. Sobre la reducción del déficit público admitió que “hay que espabilar” para cumplir el objetivo, aunque los ayuntamientos ya suben al 0,12% de superavit y las administraciones central y autonómica han reducido medio punto. Cabe suponer entonces que el conjunto del déficit no superará el 4% a final de año. Pero esto está por ver. Sobre el saldo negativo de las cuentas de la Seguridad Social dijo que hay que esperar una mejoría porque las cotizaciones de activos ya registran un crecimiento del 2,7%. Y sobre la carga de los costes del ajuste hasta 2018, según el documento enviado a Bruselas, no dijo ni Pamplona.

Lo cierto es que la propuesta de estabilidad que el Ejecutivo ha mandado a Bruselas mantiene los ingresos en torno al 38% del PIB mientras Alemania funciona al 44% y Grecia, en boga estos días por el fracaso de la UE, al 43%. Esa recaudación no garantiza la tasa de reposición del empleo público ni augura inversión productiva ni facilita avance alguno en la mejora de los servicios básicos del estado del medioestar. Sobre la “cuadratura del círculo”, Currás explicó que el incremento del consumo a pesar de la reducción de los salarios es posible gracias a la recuperación de la confianza. “Esa es la diferencia entre ustedes y nosotros”, le espetó al socialista Rangel. Y no olvidó el raca-raca de que “somos los primeros en crecimiento”.

Crecer es bueno, nadie lo duda. He ahí un árbol que crece mucho, se eleva rápidamente, asombra al mundo, que diría Montoro, con su crecimiento. Un día viene una fuerte ventisca y lo tira por los suelos. ¿Cuál era su basamento? ¿Cuáles sus raíces? Esperemos que “estando creciendo”, Eolo no se enfurezca, nos lance el huracán del Egeo con truenos de especuladores y rayos sobre la prima de riesgo de la deuda, y el famoso árbol de la recuperación no se vuelva lo que ya sabemos: leña.

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