Xavier Mendoza, profesor de Esade y director del OEME, sostiene que este resultado se debe a “la recuperación de la rentabilidad de las filiales en el exterior de las empresas de los sectores de energía, telecomunicaciones y servicios financieros”, así como por la predisposición de las compañías a crecer a través de adquisiciones, además del óptimo acceso a los mercados de capitales gracias a la reducción de la prima de riesgo y de los costes de financiación.

Esta nueva fase de inversiones en el exterior se destinará a complementar los activos que ya tienen nuestras multinacionales en Europa, América Latina y Estados Unidos, y a ampliar su presencia en nuevas geografías.

Sin embargo, no todos son buenos augurios para el tejido empresarial español, ya que las multinacionales de menor tamaño y las industriales no presentarán, según el informe, aumentos destacables de las inversiones en el exterior a corto plazo, a causa del deterioro de la rentabilidad de sus filiales fuera y por la competencia promovida por los productores de las economías emergentes.

Progreso óptimo en las filiales

La crisis económica, que arrancó en 2008, no ha puesto freno al crecimiento de las empresas españolas. Año tras año, se han incrementado el número de compañías con sede en nuestro país y con filiales en otros países. Las filiales en el exterior de las empresas españolas, han evolucionado positivamente ya que han recuperado su cifra de negocio y los niveles de rentabilidad a partir de 2010. En este sentido, Mendoza asegura que “se espera una recuperación de los flujos globales de inversión extranjera directa (IED), que alcanzarían 1,37 billones de dólares en 2015, 1,5 billones en 2016 y 1,7 billones de dólares en 2017”, lo que supone que gran parte de estos flujos acabarán en Asia, como economía en desarrollo.

Es importante destacar la producción internacional de las filiales en el exterior de los sectores primario e industrial que progresaron de igual forma que la de las exportaciones españolas de bienes. Respecto a ello, “la multilocalización productiva, especialmente en los grandes países emergentes, no sólo permite producir localmente con costes competitivos los bienes demandados por las clases medias, sino que también facilita a las empresas industriales españolas mantener la exportación de productos de gama alta y mayor valor añadido” ha indicado Xavier Mendoza.