La familia al frente de Mirto.

¿Quién ha dicho que para que una pyme sobreviva, en los tiempos que corren, debe deslocalizar su producción? Hoy tenemos el ejemplo de una empresa cuya trayectoria justo demuestra lo contrario: nos referimos a Mirto, una firma de camisería legendaria en nuestro país. La firma se inicia de la mano de Ricardo Fraguas, en los años cincuenta y hoy sigue siendo estando en manos de la misma familia: “Mi padre detectó que en aquellos años no había una gran oferta de camisería para el hombre, y decidió crear una empresa de moda para diseñarlas. Escogió hasta el nombre, Mirto, un arbusto mediterráneo con una historia repleta de buenos augurios”, comenta Elena Fraguas, consejera de la firma.

La firma arrancó de la mano de Ricardo y un socio, junto además, a un pequeño grupo de amigos, pero al final acabó quedándose en manos de los Fraguas. El padre sigue presidiendo la compañía, en la que también trabajan los dos hijos. Primero fueron únicamente las camisas pero luego fueron diversificando, a finales de los años 90: “Esto sucedió cuando se incorporó mi hermano Ricardo. Empezamos con camisas para mujer y la línea homewear para el hombre, que tiene gran aceptación aunque nuestro best seller indiscutible es la camisa. Cuando yo llegué a la firma se fueron ampliando los artículos femeninos: faldas, vestidos, abrigos…”, añade Fraguas.

La firma emplea actualmente a unas 150 personas y si hay algo de lo que se enorgullecen es de que todo es Made in Spain: “Las camisas se fabrican en Madrid y la materia prima viene de las mejores tejedurías de Italia, Francia y Portugal. Otros artículos se fabrican en Portugal, pero todo siempre en Europa, cerca de casa”, dice.

El grupo facturó 20 millones de euros en 2014.