Los índices europeos descuentan con gran alborozo lo que pueda salir de la reunión del BCE del próximo jueves y la opinión unánime es que habrá más dinero y más medidas para fomentar que circule adecuadamente.

Los mercados están encantados. Mario Draghi habló y todos le han creído. El Dax rompe resistencias, hasta el Ibex sale del ostracismo. Solo falta que el Eurostoxx de ése empujón que muchos analistas consideran necesario para que se consolide el buen tono:

Pero es que el Eurostoxx lo tiene realmente complicado. Tiene ante sí la directriz bajista, está en la zona de la media de 200 sesiones y además se enfrenta a una resistencia técnica de cierto calado.

Es una confluencia realmente potente en un espacio muy estrecho que necesita de muchas dosis de moral alta y buenas noticias, pero si la apertura en Wall Street no ayuda, tenemos de nuevo a los índices europeos que se repliegan, tal y como ha sucedido hoy.

Precisamente este repliegue de última hora nos lleva a la eterna duda: ¿podrá Europa desligarse de lo que dicte Wall Street o, como siempre, prevalecerá lo que piensen y hagan al otro lado del Atlántico, con independencia de lo que quieran los mercados europeos? Recordemos que los intereses en este caso son opuestos. Alemania celebra la fortaleza del dólar y Wall Street la detesta.

Así están las cosas. Hay un pulso entre la recién estrenada alegría europea y las dudas americanas, cuyos índices necesitan mucha más gasolina si quieren seguir subiendo, que los máximos históricos están ahí y costará pasarlos.

Al cierre, el Dax avanzó un 0,78%, el Ibex un 0,74%, el CAC un 0,56% y el Eurostoxx un 0,50%.