Aprender el ciclo de las respuestas creativas, la mejor fórmula para resolver problemas

30/11/2015

Núria Oriol Palarea, de Openmind Consultants. Desde la calma podemos resolver muchos problemas…

Cuando nos encontramos ante un problema podemos optar por una numerosa variedad en la búsqueda de soluciones. Las palabras claves son “opción” y “numerosa”. La mayoría de las veces un problema no es vivido como un reto, sino como una carga que se añade a las ya existentes. Además, muchos de nosotros creemos que sólo existe una manera óptima de resolverlo: una sola manera.

Este pensamiento que va acompañado de una actitud de tensión y de inquietud, nos esconde la otra cara de la moneda, es decir, que un problema es algo que viene a provocar un cambio en nuestro sistema de creencias —aplicado a la empresa o en la profesión que desarrollamos— y que afirma que se puede resolver de muchas maneras posibles. Sí, existen una multiplicidad de formas adecuadas para resolver los problemas y que nos permiten obtener un buen resultado.

Un estudio de los años 90 de la Universidad de Harvard demostró que existían 250 maneras diferentes de fregar los platos. ¿Poco? Cuántas discusiones no nos ahorraríamos para dejar de proponer en nuestras reuniones una única manera de hacer las cosas.

Hagamos un paréntesis… Hacemos una respiración profunda y jugamos con este escrito. Introducimos un cambio de actitud… Vamos, no es tan difícil, sólo pedimos una sonrisa que nos acompañe dos minutos más de su tiempo, ¿de acuerdo?

Las herramientas clave para abordar un problema de forma creativa es aprender a conectar con el estado de flujo; cuando estamos tan concentrados en algo que el tiempo se detiene y nada de lo que sucede a nuestro alrededor llama nuestra atención. Fluimos leyendo, fluimos escribiendo, fluimos resolviendo problemas matemáticos, fluimos catalogando libros, fluimos encajando las piezas mecánicas de un coche, de un robot. Sencillamente, fluimos.

La mente creativa también necesita de la calma para poder expresarse. Pero no una calma externa, aconsejable, sino la interna, fruto de estar presente en el cuerpo, sintiendo los músculos, los huesos, el peso de los brazos y de las piernas, sintiendo la respiración…

Considere una noche infinitamente estrellada… En el silencio que acompaña a las montañas nevadas… En el rumor del mar por la mañana o al atardecer… En el sendero que se pierde en medio del bosque… En la fusión que se produce cuando lanza la flecha del tiro al arco. Y no lo ha hecho impulsado por la mente, sino por la respiración…

O si ha probado el tanque de aislamiento, en el que el vacío absoluto se combina con el agua y la sensación de flotación; nos libera de tensiones corporales y emocionales. Allí, la mente se aclara y se despierta. Conecte con un momento de éxito, cuando ha resuelto un problema: ¿de qué manera se le presentó la solución?

Escribir, una herramienta clave
Seguro que compiló un montón de información sobre el tema, pero la solución despertó de su interior. Puede ser que no recuerde muy bien cómo fue, pero hay un ciclo repetitivo para encontrar respuestas creativas, hay métodos para el éxito. Y eso se aprende. ¿Por qué no hace una lista? Sí, una lista de sus éxitos, los temas que fue capaz de solucionar y de qué manera lo hizo. Escribir es una herramienta más del pensamiento creativo, porque incrementa la conciencia de nuestra capacidad para afrontar los retos de manera óptima.

Abordar los problemas desde la calma nos permite vislumbrar posibilidades que la mente lógica no pone en primer plano, bloqueada como está muchas veces por las tensiones del cuerpo (un reflejo de las tensiones emocionales que nos acompañan), puesto que el cuerpo y la mente son uno.

Aprender a entrar en la calma pide tiempo. Pero cuando se aprende, ya se puede recurrir a esa técnica en cualquier momento que lo necesitemos.

Esta es una de las mejores maneras de introducir la creatividad en nuestra vida cotidiana: aprender a confiar en nosotros mismos y en nuestra respiración. Permitir que la mente sea brillante y se destense. Disfrutar más del trabajo y de las personas que nos rodean para que mejoremos la colaboración y la comunicación con los demás.

La creatividad emerge cuando silenciamos los ruidos de nuestra mente con respecto a quienes somos y lo que estamos haciendo. La creatividad despierta una parte más profunda de nosotros mismos capaz de revelarnos ideas, de revelarnos soluciones.

Núria Oriol Palarea (en Twitter, @NriaOriol) es ‘coach’ y socia fundadora de Openmind Consultants. Autora de los libros El alma del coaching (Ed.Milenio, 2014) y Héroes. Coaching para ser feliz (Ed. Orpal, 2013), es licenciada en Ciencias  de la Información por la UAB y terapeuta por el programa Pensamiento Creativo. Oriol ha completado su formación en el Mental Reserch Institute, de Palo Alto, y está acreditada por Paul Watzlawick. Se ha especializado en el área de comunicación, inteligencia emocional y meditación activa para el liderazgo, los equipos de trabajo y la resolución de conflictos.

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