La mitad de la economía catalana depende del sector industrial

09/12/2015

JCV. El estudio “La nueva industria”, encargado por la Generalitat revela que el 50% de la economía catalana tiene una vinculación directa con el sector industrial si se incluyen los servicios que hacen posible las actividades productivas de transformación.

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El estudio presentado este miércoles en la sede de Acción de Barcelona concluye que en Cataluña no se ha producido una desindustrialización con la intensidad que se pensaba, sino que el sector de servicios a la industria ha tenido un extraordinario crecimiento, hasta el punto de mantener en el 50% de la economía catalana la generación de PIB asociada al sector industrial. El documento también muestra que se está produciendo una reorientación en la elección de los proveedores industriales de mayor valor añadido hacia los que están ubicados en Cataluña.

El estudio “La nueva industria” elaborado a partir de las tablas input-output de Cataluña contempla la importancia real de la industria en la economía catalana, teniendo en cuenta no sólo las actividades productivas de transformación sino también los servicios que hacen posible esta producción, como son los servicios tecnológicos, los financieros, el comercio o el transporte, entre otros. El secretario del departamento de Empresa y Competitividad de la Generalitat, Xavier Gibert, ha explicado que «hemos encargado este estudio porque queríamos saber el peso que tiene la nueva industria en la realidad catalana». Torres añadió que «los datos de 2011, presentadas en julio pasado, son las más recientes».

De acuerdo a ese concepto amplio, el informe observa que el peso de la nueva industria representa más del 50% del Valor Añadido Bruto (VAB) de la economía catalana en 2011, mientras que, si no se tienen en cuenta, el peso de la industria tradicional supera el 20%, objetivo que la UE se ha marcado para el 2020. En su intervención, el consejero de Empresa y Empleo de la Generalitat, Felip Puig, ha explicado que «en una economía diversa como la nuestra, la prioridad debe seguir siendo la industria». Puig ha añadido que «tenemos una estructura económica e industrial bien orientada para participar en un nuevo salto industrial. Podemos tener confianza en nuestra industria como uno de los motores de recuperación del país».

Los proveedores se reorientan

El documento concluye que en Cataluña no se ha producido una desindustrialización con la intensidad que se pensaba, sino que el sector de servicios a la industria ha tenido un extraordinario crecimiento y ha asumido tareas que antes realizaba directamente el sector industrial. El estudio también pone de manifiesto que se está produciendo una reorientación en la elección de los proveedores industriales de mayor valor añadido hacia los que están ubicados en Cataluña. Así, el mercado catalán gana mucho peso como proveedor en la industria (pasa del 43% al 51%), mientras que el mercado extranjero pierde protagonismo (del 40% al 32%). Por su parte, las compras al resto de España prácticamente mantienen su peso constante, en torno al 17% -18%.

El informe plantea que el objetivo de reindustrializar Cataluña no debería basarse sólo en hacer crecer el peso de la industria en el VAB, sino en hacer crecer la nueva industria basándose en la innovación, la tecnología y el diseño.

Desde el año 2012, los principales indicadores industriales ponen de manifiesto la recuperación y evolución positiva de este sector dentro de la economía catalana. Así, el VAB del sector industrial ha crecido del 20,3% en 2012 hasta el 20,9% en 2014, y la producción, medida a través del IPI (Índice de Producción Industrial), registró entre enero y octubre de este año un crecimiento del 2,6% en relación al mismo periodo de 2014.

Estas circunstancias han permitido recuperar el empleo industrial catalán: según la EPA (Encuesta de Población Activa), en 2014 aumentó por primera vez desde antes de la crisis, y durante los tres primeros trimestres de 2015, la ocupación industrial ha crecido un 4,4% en comparación con la misma etapa del año pasado, alcanzando los 590.000 ocupados. Una confianza en el sector que se traslada a las inversiones industriales previstas para este 2015, que se estima sean un 6% más altas que las de 2014, lo que supone el aumento más alto desde 2006.

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