Visitando la ciudad que nunca duerme: La Habana

10/01/2016

Carmela Díaz. Afirman orgullosos los lugareños que la capital cubana es la ciudad que nunca duerme. Pero los visitantes encontramos también otro matiz irresistible. La Habana es la metrópoli de la banda sonora ininterrumpida. La música suena en cualquier rincón, cafetín, plaza o teatro escondido.

La Habana de día.

El Malecón. El paseo marítimo habanero de más de ocho kilómetros de largo es de obligado recorrido para tomar el pulso al pueblo cubano. Es su punto de encuentro al caer la tarde y la localización ideal para ver ponerse el sol tomando un cóctel en la terraza Abadía, en el Jazz Café, o bien cenar en uno de los mejores restaurantes de la capital cubana: El Litorial.

hab1El capitolio nacional. Posiblemente el edificio más emblemático e imponente de toda la ciudad con permiso del gran teatro de La Habana. A punto de ser restaurado en su totalidad, pasará a convertirse en la residencia presidencial.

La Habana Vieja. Callejear sin rumbo es una delicia en esta parte de la ciudad, mientras te dejas empapar por el peso de su historia, la alegría de su gente y algunas estampas que no se ven en ningún otro lugar del mundo: como todos esos coloridos Chevrolet, Cadillac y Pontiac de los años cincuenta aparcados en cada rincón. En los últimos años se están rehabilitando infinidad de edificios históricos que devuelven un aspecto colonial imponente a la capital cubana. Restaurantes de arquitectura encantadora, cafés en salones señoriales rodeados de columnas y terrazas en patios semi-palaciegos abundan en esta parte de la ciudad. Una delicia para los sentidos.

La plaza de la Revolución. Una explanada gigantesca ante el memorial de José Martí, presidida por un inmenso relieve del Che Guevara. Este espacio puede catalogarse como la tribuna popular de los cubanos: aquí tienen lugar celebraciones, mítines, desfiles… Y a la vera del Martí es donde Castro daba sus legendarios discursos.

hab2Fábrica de tabacos de Partagás. La Habana huele a ron, a sal, a ritmos latinos y a humo de puro. Detrás del Capitolio se encuentra la fábrica de cigarros más antigua de la ciudad que además fue fundada en 1845 por un español: Jaime Partagás. Aquí se elaboran los puros habanos y la visita es obligada para quienes además quieran comprar este genuino tabaco.

Playa de Santa María. Los que no puedan evitar una jornada playera deben acercarse hasta Santa María para disfrutar de un mar claro, una arena blanca y unas docenas de palmeras presidiendo el paisaje. No se trata de un paraje turístico, sino frecuentado por cubanos y que siempre está animado.

Castillo del Morro. La fortaleza más antigua de la capital cubana (se comenzó a construir a finales del siglo XVI) es donde tiene lugar la mítica ceremonia del cañonazo de las nueve de la noche. Se trata de una localización imprescindible para observar una puesta de sol sobre la bahía de La Habana.

Las excursiones.

Varadero. Considerado el más famoso balneario de Cuba, Varadero cuenta con más de 20 kilómetros de playas de aguas cristalinas y arenas finas. Varadero refleja la típica postal de parajes caribeños de ensueño. Ubicado en la Península de Hicacos, se encuentra a unos 150 kilómetros al este de la capital, por lo que se puede visitar a lo largo de una jornada intensa.

Valle de Viñales. Este Parque Nacional es uno de los destinos turísticos más famosos de Cuba por sus singulares mogotes de belleza inigualable, las vegas de tabaco y las casas campesinas en medio del valle. Declarado por la Unesco Paisaje Natural de la Humanidad, es un espacio ideal para el turismo de naturaleza y aventura, la práctica de senderismo y la espeleología.

La Habana de noche.

Tropicana. El más espectacular de los cabarets con fama mundial, interpretado a cielo abierto, en medio de un bosque repleto de vegetación donde los árboles forman parte del espectáculo como protagonistas, es un sitio único en el mundo para disfrutar la música, los colores y el folclore de Cuba y del Caribe en todo su ritmo.

hab3Cabaret Parisien. En el mítico hotel Nacional, frecuentado por Frank Sinatra, Ava Gardner, Buster Keaton y Winston Churchill y tantas otras personalidades de relevancia mundial, cada noche el Cabaret Parisién ofrece un gran show que muestra la fusión de las culturas indoamericanas, hispanas y africanas, las cuales dieron origen a la cultura cubana.

 hab5La Bodeguita del Medio y la Floridita. Visita obligatoria por su historia vinculada a Hemingway y otros tantos personajes míticos del cine, la política o la literatura. Aunque se trata de lugares pequeños y siempre repletos de turistas disparando fotografías. Eso sí, son coquetos, originales, genuinos y con música en vivo permanente.

Jazz Café. Ubicado en la zona del Vedado es un local con enormes cristaleras que ofrece agradables panorámicas -incluido un tramo del Malecón- y actuaciones musicales de calidad, gran ambiente y unos cócteles deliciosos.

La Casa de la Música. En esta ocasión nos encontramos ante una gran casona ubicada en Miramar. Se trata de un gran salón con mesas y escenario elevado, siendo uno de los locales que permanece abierto hasta la madrugada, con orquesta en vivo que interpreta salsa, merengue y demás ritmos latinos. Siempre está atestado de un público compuesto por cubanos y turistas a partes iguales.

 

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