Los mercados esperaban una noticia de este tipo aunque lo que ha sorprendido es que el primero en darla haya sido el mayor banco español y el más diversificado geográficamente. El deterioro de las cuentas de resultados de las entidades financieras españolas, especialmente por su actividad en la economía española, es evidente y se ha visto reforzado por la entrada en vigor de la nueva normativa sobre morosidad puesta en marcha por el Banco de España el pasado 30 de septiembre.

Pero el Santander, una vez más, parece haber querido adelantarse a lo que más pronto o más tarde tendrán que hacer el resto de entidades y por eso ha decidido sincerarse ante los mercados advirtiendo que no alcanzará los objetivos establecidos a principios de año y que, como consecuencia de ganar menos dinero que el año anterior ha decidido congelar el dividendo que paga a sus accionistas.

Según las explicaciones del consejero delegado de la entidad, Alfredo Sáenz, el banco ha ganado hasta septiembre 6.080 millones, casi un 10% menos que hace un año, pero eso se debe a que no ha querido liberar varios cientos de millones de provisiones ya hechas y que no habrían tenido por qué mantenerse según la nueva normativa del Banco de España.

Sáenz ha dicho que, de acuerdo con la nueva normativa, el banco tenía que hacer, con cargo al tercer trimestre del año, 965 millones de euros de nuevas provisiones para cumplir el nuevo calendario. A ello había que restar 272 millones de euros por liberación de garantías. Además, podía haber reducido otros 725 millones de euros de provisiones por inmuebles ya existentes. Pero esto último no se ha llevado a cabo y, por lo tanto, el grupo ha tenido que hacer dotaciones reales por 693 millones de euros que se han cargado contra la cuenta de resultados íntegramente.

{destacado}La decisión del Santander de no liberar el dinero que podría solo se explica porque los gestores de la entidad entiendan que el mercado inmobiliario va a seguir deteriorándose en el futuro inmediato y que vale más la pena reforzar el colchón existente a presentar una cuenta de resultados más lucida ahora y tener que reconocer problemas en el futuro. Sáenz ha reconocido que los mercados en este momento ven con mejores ojos ejercicios de prudencia que cuentas de resultados más abultadas pero que escondan problemas que saldrán a la luz posteriormente.

El consejero delegado del Santander, además de destacar como crecen sus resultados tanto en los países emergentes, Brasil y el resto de América latina, como en el Reino Unido y Estados Unidos, reconoció que en España y Portugal las cosas son diferentes y en este año están ganando menos que hace doce meses.

La razón esencial de ello es el descenso del crédito en España (está aumentando el del sector público pero decae en el privado) y el mayor coste del pasivo derivado de la necesidad de bancos y cajas de hacer frente a sus problemas de liquidez. Sáenz, cuyo banco fue de los primeros en iniciar la llamada ‘guerra del pasivo’ hace unos meses al ofrecer un depósito al 4% de interés, reconoció que la competencia en España es “exagerada, desbordada, desquiciada…”, al tiempo que reconoció que puede repetirse en el futuro cercano.

Sin embargo afirmó estar convencido de que no habrá ‘guerra del activo’ por entender que lo importante ahora es que se recompongan los márgenes y que los créditos tengan un precio más elevado que el actual.

Sáenz aceptó que la reforma del sistema financiero, sobre todo la de las cajas de ahorros, marcha con cierta lentitud, aunque aceptó que “quizás queremos que vaya demasiado deprisa”, matizando las palabras de Emilio Botín y del consejero delegado del BBVA, y dijo estar seguro que los procesos de reducción de plantillas y de oficinas de las cajas adquirirán ritmo a partir del próximo mes de enero.