La buena cocina italiana es una de las más placenteras experiencias gastronómicas que existen. Además, resulta complicado encontrar paladares que no disfruten con los platos típicos de este país. Hoy os presentamos tres opciones imprescindibles de alta cocina italiana en la capital.

Ars Vivendi. Durante años muchos amantes de la gastronomía italiana se desplazaban hasta Majadahonda para saborear sus especialidades. Ahora se han instalado en la calle Zurbano, casi en la esquina con la transitada Génova. El nuevo local dispone de tres reservados y dos comedores decorados con sobriedad y elegancia. Además, la separación de las mesas permite mantener la intimidad de los comensales. Rosa en la cocina y Dino en la sala, constituyen un buen tándem para conquistar a los clientes en uno de los templos de la cocina italiana. La cocina de Rosa se basa en la creatividad, pero ofreciendo un recetario italiano con influencias de otros lugares del Mediterráneo. El puré de patata y el delicioso huevo con trufa blanca destacan entre sus platos clásicos. Las pastas (espacial mención a la carbonara), los quesos, los ñoquis, la lasaña y el bizcocho de zanahoria y calabaza son otros bocados que merece la pena probar. Una advertencia para futuros clientes: quizá la factura final resulte algo elevada y la carta de platos sea demasiado breve.

Don Giovanni. Hoy, casi 9 años después de su apertura, este restaurante es un referente de la cocina italiana en Madrid, y su chef, Andrea Tumbarello, un personaje conocido y popular. Don Giovanni es un espacio acogedor, sin pretensiones, cuyos platos respiran la autenticidad propia de la gastronomía sencilla pero preparada con exquisitez. La carta es extensa y todos los platos están muy logrados. Las pastas son deliciosas, las pizzas se sirven en su punto y la lasaña es una de las especialidades de la casa. Pero, sin duda, este chef es un maestro en cualquier plato en el que trufa sea la protagonista. Incluso Tumbarello cuenta con su propia línea de productos basados en este hongo (sal, miel, mantequilla, caviar, crema de boletus, bombones…). Otro sello que le distingue es su carro de aceites, con más de 40 variedades distintas, entre españoles e italianos. Pero si hablamos de carros el más popular es el de los gin-tonics. Don Giovanni ofrece más de 160 referencias de ginebras para los que gustan de finalizar la velada gastronómica con una copa refrescante.

Sinfonía Rossini. Por último, hoy os presentamos el restaurante que está en boca de todos los amantes de la alta cocina italiana. En un acogedor y diminuto local con apenas una docena de mesas, ubicado junto al hotel Palace, el chef Gianni Pinto se está haciendo un hueco entre los sibaritas gastronómicos más exigentes. Los raviolis de calabaza, los tagliatelle al huevo con salsa de trufa, la mozarella de bufala, pesto y tomate confitado o los huevo poché con boletus, foie y sifón de parmigiano 36 meses, son imprescindibles. También los platos de temporada: sorprendentes unos espaguetis con pulpo, boletus y crema de cebolla asada que estaban increíbles. En los postres hay que perderse el tiramisú con costra, que además de buenísimo tiene un emplatado espectacular. Sinfonía Rossini también ofrece menús degustación y una interesante bodega. El precio medio no baja de los 50 euros por comensal.