Un español pasó a la historia por inventar la fregona y una pyme de nuestro país también lo hará por idear el primer colchón inteligente del mundo que detecta la infidelidad. Se llama Smarttress (¿lo de tres será por el triángulo amoroso?) y nace, como tantos otros inventos, de la necesidad. En este caso de darse a conocer fuera de Galicia y expandirse en el mercado. Tal vez también porque los estudios dicen que los españoles somos los europeos más infieles y que nuestro lugar favorito para hacer el amor es precisamente la cama. «Está pensado para descansar por las noches y estar tranquilo por el día», afirma José Antonio Muiño, de Durmet, la empresa que lo fabrica (por encargo).

Smarttress está fabricado con los mismos materiales que los colchones convencionales. Sin embargo, en su interior está integrada «una matriz de 24 sensores que miden el grado de compresión en toda la superficie y después, mediante un algoritmo, analiza el patrón de movimiento y así sabe si ha habido más ajetreo de la cuenta», explica Iván Miranda, ingeniero de Smarttress. Si detecta mucha actividad, envía un mensaje al smartphone del propietario para avisarle: mediante una app (compatible con iOS y Android), este recibe datos como la intensidad de los meneos, la duración, el impacto por minuto y una réplica del colchón en 3D gracias al cual se pueden visualizar en la pantalla las zonas en las que ha habido más presión. Además, guarda el histórico con la cantidad de encuentros fogosos.

Para funcionar, Smarttress lleva integrada una batería (está camuflada en un bolsillo situado en el lado del cabecero). El colchón solo puede comprarse a través de la web (puedes elegir distintos materiales y medidas). Su precio oscila entre los 1.550 del tamaño 135×190 cm a los 2.050 euros en 150×200 cm.

¿Y si la infidelidad no se consuma en la cama conyugal? Entonces este colchón no te sirve para detectar una infidelidad. Prueba con otras tecnologías, por ejemplo, aplicaciones que no están orientadas en concreto a la infidelidad, sino que sirven también para localizar el teléfono en caso de extravío o robo, al seguimiento de personas como niños o mayores, siempre que el teléfono esté encendido, como sucede con Find my iPhone, la función que viene integrada en los dispositivos con el sistema operativo iOS. Entre estas aplis tienes «Encuentra mi teléfono», para Android, con la que sabes en todo momento en qué punto del mapa está el teléfono y, por tanto, su dueño (se supone que el propietario lo lleva consigo). Para utilizarla, es necesario descargarla en los dos teléfonos de la pareja. Al instalarla y registrate en una cuenta, te pide el número de teléfono de la persona a la que quieres seguir. Entonces, Google te envía un mensaje de texto solicitando la aprobación para ser seguido. Así que si quieres tener localizada a tu pareja, tendrás que instalarlo y dar la aprobación tú mismo sin que se entere.

Otras apps se basan en programas espía con los que puedes conocer los «mensajes de texto, ubicaciones GPS, detalles de la llamada, fotos, la actividad en medios sociales y más», explican en la web de iSpyoo. Pero si las comunicaciones privadas como el correo postal y electrónico no se pueden espiar, hacer lo mismo con las conversaciones ajenas con este tipo de programas sin el consentimiento de la otra persona también es un delito. De estas apps, normalmente de pago, existen muchas, y las venden como herramientas para controlar a los menores y a los empleados.