La presentadora, diseñadora y bloguera, Sara Carbonero, admite, sin que sus manos luzcan alianza alguna, haber tenido la boda que ha querido; en un juzgado, romántica y con un vestido especial para la ocasión que no era ni blanco ni premamá y sin Luna de Miel, de momento.

Carbonero, ha pasado unas horas en Madrid para presentar su segunda colección de joyas, que rondan los 40 euros, para la firma francesa Agatha Paris. Se debate entre el cuarzo rosa para disipar la inseguridad, la aventurina que atrae la buena fortuna y la piedra de luna que le proporciona energía. La colección diseñada por Sara se compone de cinco piezas sencillas. Unos pendientes, un collar y tres pulseras con tres piedras semipreciosas de colores que, a ella que no es supersticiosa pero que sí que tiene sus amuletos, le dan buenas vibraciones.

Vestida con una camisa negra holgada y unos vaqueros, contestaba una y mil veces en la presentación de su colección de joyitas, que si la razón por la que se casó casi en secreto era porque no lo quería compartir, ahora, un mes más tarde, no quería desvelar más detalles que los que se reducen a que tuvo la boda que habían querido y que a ella le pareció muy romántica “tampoco había soñado nada especifico como boda, para mí fue muy bonito. Nunca había soñado con un bodorrio y claro que me apetece hacer una fiesta con los amigos con motivo de la boda pero puede ser dentro de dos años o coincidiendo con algo específico, no lo hemos pensado y me pondré la alianza cualquier día cuando salga”.

Sobre una posible boda religiosa, parece que no está en los planes “soy creyente pero no practicante. Tenía claro que no iba a casarme por la iglesia, además Iker no está bautizado, aunque sí hemos bautizado a Martín. De momento, nuestros planes no son casarnos por la iglesia”. Ni Sara llevaba anillo de pedida, ni alianza porque quería centrar la atención en la colección que presentaba y que diseñó en su casa de Madrid, antes de instalarse en Oporto, donde por cierto, tiene un médico que sigue su embarazo y a juzgar por su aspecto y sus palabras lo lleva estupendamente “con ganas que nazca el bebe y comprobar que esté bien. Me queda el último mes que es el más crítico, pero estoy bien. Daré a luz en Madrid en la misma clínica que Martín, luego Iker se irá a la Eurocopa y yo me quedaré en casa con ayuda de los abuelos”. Sobre los nombres se debaten entre varios “me gusta Mauro, Hugo o Marco, pero no está decidido también quiero verle la cara y así decidirlo”.

Sobre si seguirán en Portugal el año próximo y teniendo en cuenta que a su marido aún le queda un año de contrato, no desvela nada “ojalá que Iker siga teniendo oportunidades profesionales pero no hay nada firmado sobre irnos a Estados Unidos”, pero sí que tienen claro que en breve les tendremos de regreso “a Madrid vendremos cuando acabe la liga, salgo de cuentas a finales de mayo”. A finales de mayo o principios de junio nacerá el segundo niño de la pareja, un bebé que ella siente intensamente “el bebé se mueve muchísimo, es muy revoltoso y eso creo que es buen síntoma”.