71 estrellas Michelin cocinando a 4 manos en Marbella

05/05/2016

Carmen Duerto.

 

18 estrellas michelin

Dieciocho chefs,  que entre todos juntaban 71 estrellas Michelín, se dieron cita en una experiencia única e irrepetible en el restaurante de Dani García, que ejercía de anfitrión, en el hotel Puente Romano de Marbella para cocinar a “4 Manos”. Gracias al Ron Zacapa, tuvimos ocasión de vivir esa concentración galáctica de cocineros.

a cuatro manos

Entre  ciclogénesis explosiva y lluvia de estrellas, es lo que sucede una vez al año y desde hace tres, en la Costa del Sol malagueña.  Una constelación de 71 estrellas Michelín, se dan cita en la “casa” de Dani García en el hotel Puente Romano en Marbella y no sólo se juntan, es que cocinan y no de uno en uno, sino a cuatro manos. Esa pecera blanca y acristalada que es la cocina vista del restaurante de Dani, se abre para que en un “todos a una” los chefs, sin ninguna mujer, más afamados de la galaxia cocinen juntos. Es una experiencia única e irrepetible. Los comensales lo saben y la esperan anualmente. Sólo 80 privilegiados por día, pueden degustar un menú, a 450 euros por persona, creado única y exclusivamente para una noche.  Daniel Humm, que llegó a Marbella y alquiló una bicicleta para recorrer la comarca como si se preparase para las olimpíadas, Paco Roncero que se puso sus deportivas y se hizo el paseo marítimo a carreras antes de preparar las viandas, Quique Dacosta, que se trajo hasta la vajilla y quizás es, desde el cariño y la admiración, el más “quisquilloso” en el buen sentido. Albert Adriá, cocinó para su hermano Ferrán y para Robuchon, que es como el Ronaldo de la gastronomía o mejor como el Pavarotti de la cocina. En esa cocina también hubo sitio para Joan Roca, Andoni Luis Aduriz, Paco Pérez, Ángel León, Francis Paniego, Toño Pérez, Ramón Freixa, Rodrigo de la Calle, Ricard Camarena, Marcos Morán, Josean Alija, Paco Morales y Sebastian Frank a todos unidos por la pasión por el producto y el conocimiento del terreno donde se ubican sus cocinas.

PhotoGrid_1461082232267

Verlos cocinar es como presenciar la entrada a boxes en un gran premio de Fórmula Uno. La escudería de las chaquetillas blancas con sus estrellas, perfectamente ensambladas. Han sido tres jornadas a cual más galáctica, para la primera, la inspiración fueron los platos históricos de Robuchon y para el resto, la desconexión de las técnicas culinarias que llegaron a las cocinas después de 1995. Es decir, no hubo ni espumas, ni hidrógenos, ni deconstrucciones. Hubo magia, como la mesa de embutidos de Ángel León que parecían longanizas, morcillas y chorizos y eran calamares, atúnes, caballa y etc customizados en charcutería fina. La sopa de piñones de Paco Morales que llevaba hasta erizo del Sahara, las crestas de gallo que eran como los buñuelos de bacalao que tan divinamente cocinan las señoras malagueñas y  la olla gitana de Dani García con sus moluscos malagueños, su garbanzo y hojita de hierbabuena y esos postres Zacapa con su ron y su chocolate negro que en realidad es algarroba en vez cacao.

Todo ello en un “marco incomparable” como el del hotel Puente Romano y en la ciudad de Marbella, que tiene censadas 180 nacionalidades diferentes y que en estas jornadas muchos de los que no están censados, no dudaron en aterrizar con su avión privado para ser comensales protagonistas de un encuentro de estrellas único y efímero.

¿Te ha parecido interesante?

(+3 puntos, 3 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.