Ya es más que oficial. El 26 de junio otra vez a votar. Otro domingo más a ver las urnas y darnos un paseito por el colegio electoral. Como no tenemos otra cosa que hacer  la democracia nos impone nuestros deberes. ¿Servirá para algo?

Después de cuatro meses de marear la perdiz, de pasotismo porque los números no salían, de un intento a sabiendas de que no se iba a ninguna parte y más de una situación rocambolesca… los políticos electos no han sido capaces de ponerse de acuerdo para gobernar. Eso sí, han cobrado religiosamente a final de mes y usado teléfono, ipad y demás prebendas del cargo. Cuatro meses perdidos, un Gobierno en funciones y los españoles con los mismos problemas: Bruselas pidiendo más recortes; la corrupción campando a sus anchas; los desahucios, aunque menos, siguen ahí; el paro continúa por encima de los cuatro millones de desempleados; personajillos de dispar ralea sentados ante los jueces; juicios interminables; el escándalo del año con las maniobras corruptas de dos asociaciones que se encargaban de tener atados a los «malos» como son Manos Limpias y Ausbanc…

Por no ser capaces ni han podido ponerse de acuerdo, de momento, en reducir el coste de la campaña electoral. Cualquier euro de más invertido, piensan, puede servir para tener un voto, y visto lo visto, cada voto va a valer como una onza de oro. ¿Volverán a repetirse resultados similares? Parece ser que no, porque Podemos e IU han decidido aliarse y unir resultados. Están convencidos que les votarán los mismos que en diciembre… Aunque, la verdad, surgen dudas porque los que parecían que se iban comer hasta a los leones del Congreso, no han sido más que meros paseantes en vaqueros y rastas, con niños de pecho en el escaño y hambrientos de poltronas y cargos.

¿Qué han conseguido? Si miramos a las comunidades o ayuntamientos donde gobiernan… excepto cambios de imagen en reyes, corridas de toros y alguna que otra fiesta… poco más se ha visto.

Y también han tenido su crisis interna… en CUATRO meses. Iglesias y Errejón ya no son uña y carne, mientras algunas tácticas y propuestas se asemejan más a los revolucionarios sudamericanos del siglo XIX. Viva Zapata con coleta y en vaqueros en La Zarzuela. Por los pasillos democráticos camina el Ché Guevara… Muchas fotos y pocas nueces. ¿Dónde está el salario social? ¿En qué han quedado tantas promesas? ¿Que no tenían votos suficientes para sacar sus propuestas adelante? Si hubiera importado cumplir más éstas que la lucha de cargos otra cosa hubiera sido…

Y mientras tanto, Mariano Rajoy, al que no lo gustan los debates, y está más cómodo en un plasma, esperando a ver si se despellejaban e intentar sacar algo del descalabro. Mire usted, le dijo al Monarca, no reuno los votos suficientes para ser investido. Pero, caray, tampoco hizo nada por intentarlo. También es cierto que su gobernanza en los últimos cuatro años, antes de entrar en funciones, no fue para hacer amigos, sino todo lo contrario. Sus portavoces se encargaron de no dejar títere con cabeza y eso en política  se paga porque no se puede estar todo el rato yendo a muerte contra todos los que no estén de acuerdo con el voto de la mayoría absoluta.

Y qué decir del PSOE. Pedro Sánchez intentó dar una imagen de que con él es posible pactar. Y acordó con Albert Rivera. Pero la calculadora no dio para mucho. Ciudadanos se ha convertido en un partido incómodo para el PP, pero también para Podemos. Pero tampoco podemos olvidarnos de la crisis interna permanente que viven los socialistas. Desde la marcha de Felipe González, todos los secretarios generales han ganado por escuálidos votos. Le pasó a José Luis Rodríguez Zapatero, a Alfredo Rubalcaba y también a Pedro Sánchez. Los críticos ahora están esperando el último tropiezo.

Total que más de lo mismo se mire por donde se mire. España sigue siendo bipartidista. Lo que pasa es que ahora en la derecha hay dos partidos, y en la izquierda otros dos. Antes había dos protagonistas, ahora cuatro… Visto lo visto no ha servido para nada.

¿Es eso lo que les encomendamos los españoles en diciembre del año pasado? Desde luego no les pedimos unas nuevas elecciones y que nos sigan aburriendo con una nueva campaña electoral en la que nos prometarán más de lo mismo. Nos están matando de aburrimiento y estamos más que hartos de tanto despilfarro.