Hubo quien creyó a pies juntillas que en Europa pasaría lo mismo que en Estados Unidos y que el dinero que pudiera encima de la mesa el BCE iría directamente a parar al mercado de valores, pero se equivocaron.

Si los bancos meten el dinero en el BCE, a pesar de que éste les cobra por ello, antes que dedicarlo a dar crédito, nadie puede esperar que la Bolsa rebose dinero. No hay dinero entrando a carretillas como muchos presumían porque «no hay ninguna otra inversión competitiva». Efectivamente, no la hay, pero eso es lo de menos en esta vieja Europa en la que todo está trastocado.

Hoy tenemos un ejemplo muy claro de lo que ocurre en el mercado de valores. Aprovechando un cierto impulso del precio del petróleo, las Bolsas europeas aprovecharon para recuperar terreno, así que veamos el resultado en los dos gráficos intradiario del Brent y del Ibex:

Ni el petróleo resistió toda la jornada al alza ni los índices fueron capaces de seguir al oro negro mientras duró su alegría. Todo un poema que nos habla de falta de fuerzas, de indecisión a raudales y de conformismo con lo que pueda ocurrir. Europa está absolutamente a expensas de Wall Street y allí andan pendientes del dato de empleo de mañana, así que no hay nada que hacer.

Más claro el agua. No hubo nada, absolutamente nada, que hacer. Se saldó la jornada con leves ganancias en los índices (excepto en el CAC) que fueron más abultadas en el caso del Ibex por la desvergüenza ya habitual de aprovechar la subasta de cierre para hacer mangas y capirotes como se puede apreciar en el círculo rojo. Buen empujón…

Al cierre, el Dax avanzó un 0,24%, el Ibex un 0,41%, el CAC perdió un 0,11% y el Eurostoxx ganó un 0,05%.