Así lo recoge una encuesta realizada por el Observatorio del Trabajo Autónomo de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), que preside el profesor José Barea. La encuesta ha sido realizada entre 1.200 autónomos.

Los datos del sondeo no pueden ser más desalentadores teniendo en cuenta que proceden de un sector tradicionalmente creador de empleo y muy sensible a los ciclos económicos.  Según la encuesta, casi nueve de cada diez autónomos (el 88,2 por ciento) no ha contratado a ningún trabajador en el primer trimestre del año frente a un 9,5 por ciento que sí lo ha hecho. Para el resto del año las respuestas son casi las mismas: casi nueve de cada diez (el 85,3 por diento) no tiene intención de contratar nuevos trabajadores.

Con estas previsiones no es de extrañar que la gran mayoría (el 88,2 por ciento) exprese que no piensa acogerse a los nuevos contratos incentivados para jóvenes y parados de larga duración.

Las causas de estas negativas previsiones hay que buscarlas en la actual coyuntura económica. Para la mitad (50,1 por ciento) la razón que esgrime para no contratar ningún empleado nuevo es la caída de la actividad; otro 25,4 por ciento alude a imposibilidades económicas; un 14 por ciento a reducciones en su plantilla y un 9 por ciento a que la actividad que está realizando no necesita de nuevos empleados.

En cuanto a la situación económica los datos son concluyentes: algo más de la mitad (51,9 por ciento) piensa que la situación económica nacional tendrá en 2011 un peor comportamiento que en años anteriores; el 35,2 por ciento que seguirá igual y sólo un 7,4 por ciento cree que mejorará.

Desplome en las ventas y caída de actividad

La encuesta revela otros datos muy preocupantes para los autónomos. Así al comienzo del segundo trimestre del año ocho de cada diez autónomos  (81,8 por ciento) afirma que la actividad de su negocio ha caído en picado.

El desplome en las ventas y la pérdida de actividad (59,1 por ciento) ha repercutido sobre seis de cada diez empresarios autónomos, constituyendo la causa principal del deterioro de su negocio; le siguen el escenario de la morosidad tanto pública como privada (21,5 por ciento) y la falta de acceso al crédito en las entidades financieras (14,4 por ciento), que aumenta algo más de un punto porcentual frente al registro de la última encuesta cerrada en diciembre de 2010.

Ni se molestan ya ni en pedir financiación

Respecto al acceso al crédito, éste continúa constituyendo, según ATA, una “pesadilla” para los autónomos. A más de la mitad ellos (54,2 por ciento) se les ha denegado la financiación solicitada y al 23,9 por ciento que se les ha concedido, ha sido por una cantidad inferior a la demandada. En suma, casi ocho de cada diez autónomos ha encontrado dificultades y/o respuestas negativas. Únicamente uno de cada cinco (20,9 por ciento) no ha tenido problemas.

Por estas dificultades, más de la mitad de los autónomos (el 62,4 por ciento) ha dejado de dirigirse a las entidades para presentar su solicitud de financiación y sólo un 36 por ciento continúa haciéndolo.

Los autónomos se quejan también del retraso tanto público como privado que padecen a la hora de cobrar. Casi cuadro de cada diez (el 39 por ciento) tarda al menos seis meses encobrar sus facturas y el 30,7 por ciento prácticamente un año (más de 361 días)