Frente al teatro de la Zarzuela de Madrid, el mítico Club 31 inicia una nueva andadura. Salones clásicos, elegantes, sobrios y un ambiente realmente agradable con decoración en tonos crema consiguen rememorar al antaño restaurante de referencia de personalidades del ámbito artístico, político, periodístico y empresarial. Además, esta nueva etapa cuenta con gran parte del equipo de cocina del genuino Club 31 y del inolvidable Jockey.

Heredero del espíritu y del buen hacer del inolvidable establecimiento de la calle Alcalá, en su nueva ubicación de la céntrica calle Jovellanos, el Club 31 encara esta nueva etapa manteniendo los puntos fuertes del local genuino, pero adaptándose a los nuevos tiempos que corren.  Además de la nueva propietaria, Pilar Peña, el Club 31 cuenta con un excelente equipo, integrado por nueve personas. Al frente de los fogones se encuentra el reconocido cocinero José Antonio Asensi, con una larga trayectoria como jefe de cocina en restaurantes como Cáñamo, El Amparo, Gaztelupe, La Cava Real, El Horno de Don Carlos, el Asador Guetaria, el Asador Ox’s o el antiguo Club 31. El jefe de repostería es Francisco Clavijo, que cuenta con el honor de haber ocupado ese puesto los últimos 25 años en Jockey. También ha trabajado en restaurantes como El Amparo o El Bodegón. En la cocina también cuentan con el apoyo de dos jefes de partida, Javier Sorrentino, procedente de Horcher y del anterior Club 31, y José Luis Hoyos, que desarrolló su trabajo durante 40 años en Jockey. Javier Barrios es el maître y sumiller quien en los últimos doce años ha estado al frente del restaurante José Luis-Golf Santander como director de hostelería de la Casa de Golf. Por último, la sala cuenta con el buen hacer de Adolfo Deben y José Luis Gil.

Nada más subir los escalones que dan acceso al nuevo Club 31 encuentras una barra donde poder tomar un aperitivo mientras esperas al resto de comensales. Cuando te sientas en la mesa unas deliciosas croquetas de cortesía para abrir boca y una selección de panes todavía calientes, auguran unos platos de calidad. Caracoles, erizos de mar, una riquísima ensaladilla, milhojas de verduras, raviolis rellenos de changurro o alcachofas rellenas de foie y gratinadas son una excelente opción para los entrantes. Los paladares más refinados pueden degustar 35 o 125 gramos de caviar Beluga 000 o un excelente jamón de bellota con denominación de origen de Jabugo. Las carnes y los pescados están en su punto, pero destaca entre sus especialidades unas fabulosas manitas de cerdo rellenas de mollejas con salsa de jerez.

Pero, sin duda, tanto los nostálgicos como los nuevos clientes tienen que probar los clásicos del Club 31 que son los protagonistas de la carta: los callos, el steak tartar, los huevos “Club 31”, los ragout de macarrones, con foie y trufa cubiertos de hojaldre, el arroz caldoso con bogavante, el solomillo Strogonoff al estilo “Club 31” y el tartar de atún rojo al estilo “Club 31”. Merece la pena recrearse con unos postres de categoría, haciendo especial mención a los soufflés calientes (delicioso el elaborado con Grand Marnier y caramelos de violetas) y a los crepés suzette. El precio final es elevado (al menos unos sesenta euros por persona), pero tanto la calidad del servicio como su gastronomía lo merece.