La aparición de Bertín Osborne los miércoles por la noche en TVE, le dio a la cadena pública unos índices de audiencia, entre un 23 y un 24 por ciento, que no se recordaban con un coste por programa de 110.000 euros, que, salvando las distancias, comparados con los 600.000 de una serie no estaba nada mal. Lamentablemente, lo dejó escapar bien sea por dinero o por no garantizar la continuidad del programa como la productora quería. Dos veces hemos quedado con Bertín Osborne en su casa de Madrid, que no en la nuestra y al final, la cita es en un concesionario de coches, lo que no está nada mal para él, que ha sido un apasionado de los coches “Yo soy de coches grandes porque soy muy grande y la persona que trabaja conmigo, que también es mi conductor, es como yo de grande, así que si viene alguien más y el coche es mediano no cabe. En una época mía en la que me volvían loco tonterías como los coches y vivía en Miami quise comprar uno que me apasionaba y no entré en él así que no lo pude comprar”. El conductor de Bertín es tan igual que él, que cuando el presentador necesita algo de ropa, le pide que se la pruebe y que la compre. En algunos coches no cabe pero en los que sí entra y se pone al volante, hay que amarrarse bien porque he vivido la experiencia de ir con Bertín de conductor y en vez del “arráncalo Carlos”, hay que decirte; para, Bertín, para “y eso que cuando tú has venido conmigo en el coche me has pillado en una época muy tranquila. Sí, si yo he tenido una época muy loca porque además, he corrido con ellos pero ya nada y ahora el 80 por ciento de las veces no conduzco, me llevan”. Le apunto que hay gente que ya liga con la frase “en tu casa o en la mía” y  no le sorprende “seguro que hay chavales que para quedar lo usan, pero hay que ser justos, sólo soy el presentador que pone su granito de arena, a lo mejor es más grande que un granito”. Aclarar que la casa madrileña que vemos, sí es donde vive con su familia, pero es alquilada, la que siente como su casa es la de Sevilla y está en venta “Mi casa es la de Sevilla, pero la tengo que vender, es verdad que no estoy poniendo mucho empeño en deshacerme de ella pero sigo con interés de venderla porque no la disfruto nada y eso que no veas el valor que ha cogido la parra”. Por fin y después de un pasado azaroso, el padre de Bertín puede sentirse orgulloso de su hijo. Ese Bertín que no cantaba especialmente bien, que tenía novias sin parar, que fue un zascandil, no podría imaginar que a los 61 años llevaría una vida estresante y normalizada “es la rebelión de los abuelos. Nunca he tenido tanto trabajo como ahora, el año pasado hice 147 días de teatro. Hasta navidades tengo fechas todas las semanas. Voy hacer 50 conciertos, este año serán 180 días de trabajo firmados. Ahora mi padre me dice “por fin, hice carrera de mi hijo”. Es empresario, presentador, juega al squash casi todos los días, está de gira musical y haciendo un espectáculo “Dos mellizos” con el humorista Arévalo y encima concilia porque ejerce de marido y de padre “Pues hago muchas cosas, más que en toda mi vida pero creo que es el momento, estoy físicamente fenomenal aunque a veces estoy un poco cansado pero mentalmente no, así que puedo compaginarlo todo”, lo que él no dirá es que puedes llegar un día a su casa y encontrártelo sentado en el sofá enfrente del televisor viendo National Geographic con su hijo Carlos bajo su brazo derecho y a Kike bajo el izquierdo y que una hora antes de encontrarnos con él, acababa de hartarse de llorar al ver a su hijo Kike ponerse de rodillas él solito por primera vez en su vida “no he podido aguantarme las lágrimas, eso que cualquier niño hace con meses y con normalidad para Kike es una proeza”. Ejerce de padre, es hiperpuntual, muy observador, ordenado y nació para las relaciones públicas “soy germánico y muy disciplinado. Si a mí me dicen tienes que hacer esto, lo hago a rajatabla”. Ni el régimen estricto que hace, le pone de mal genio “porque me estoy encontrando tan bien que estoy encantado. Ya no me aprietan los pantalones e incluso se me caen, las chaquetas que me quedaban justas ahora las llego holgadas. No sabes qué felicidad”.

¿Es de Paul Newman o del Príncipe Carlos de Inglaterra gourmet?

De Paul Newman sin dudarlo. Cuando empecé con la idea de la empresa de alimentación fue a raíz de ser cliente de los productos de Paul Newman porque él también lo hizo para una fundación por un tema de uno de sus hijos y yo me dije; ”tengo un tema similar y por qué no yo también puedo montar mi empresa de alimentación y así generar ingresos para la fundación”.

¿Pero además de generar ingresos para la Fundación Bertín Osborne, es su alternativa a invertir en pisos para que le renten como jubilación, cuando decida retirarse?

Claro, yo lo invierto todo en la empresa es que es el futuro y tengo descendencia preparada para que se ocupen. Ojalá mi hija Claudia acabe trabajando conmigo en todo el tema jurídico. Fabiola se ocupa del marqueting y del diseño y tenemos un catálogo con más de 80 productos, entre ibéricos, verduras y picos de pan.

¿Como empresario nota la paralización de tener un gobierno en funciones?

La inseguridad y la intranquilidad que vivimos generan inestabilidad. Dentro del país se nota pero se aprecia mucho más fuera. Claro que lo estamos notando, sobretodo la indecisión en mercados como en Méjico que acabo de empezar a vender allí y me preguntan qué va a pasar en España. No es fácil la situación.

¿Se ha planteado un encuentro Sánchez, Rajoy, Iglesias, Rivera en esa cocina de inducción?

No creas que no se me ha ocurrido. Ya lo creo que se me ha ocurrido y además, sería una idea fantástica, si ellos aceptaran sería estupendo. No lo hemos planteado seriamente pero no es ninguna mala idea y a la inducción ya la he dejado por imposible.

¿Ha invitado a los reyes o ellos a usted en su Palacio?

No, a los reyes actuales no, No, porque no se me ha ocurrido, ni hemos hecho ningún intento porque ellos están en otra guerra ahora y no creo que sea el momento, pero sí he hecho un pequeño amago con el rey padre, que es mi entrevista soñada, me encantaría hacerla y no desisto. Quiero decir que algún día intentaré conseguirla porque alguna vez que hemos estado juntos y nada más escucharle hablar, las cosas que te cuenta, las anécdotas que son tan geniales, creo que sería tan bonito que la gente en España supiera el rey que hemos tenido, sería bonito hacerlo. Podemos hablar de muchas cosas porque tenemos muchas aficiones.

¿Ha hecho yoga alguna vez?

¿Yoga?, no, sólo con Anita Obregón y fue un despelote general y para eso del yoga tienes que tener paciencia, estar relajado y con la mente en blanco y para mí eso es imposible.

¿La tiene siempre trabajando? Me refiero a la mente

La tengo en ebullición todo el día porque hago muchas cosas a lo largo del día. Lo que más me cuesta es el cambio de chip cada dos horas. Anoche en Lérida hice una ponencia hablando de jamones en un congreso de cárnicos, he desayunado pronto y ahora vengo de ensayar dos horas con mis músicos.  Estoy haciendo ahora cosas que no he hecho en mi vida, como cocinar pero justo ahora me he puesto a régimen estricto y claro, ahora las cosas que he aprendido a cocinar no puedo, ahora no como paella, ni papas con choco, ni unos huevos fritos con patatas a lo pobre que es lo que ya sé hacer.