La compañía ha explicado que la pérdida de rentabilidad se debe al impacto de algunas divisas, especialmente del dólar, y al incremento de las amortizaciones por inversiones, y ha concretado que ambas partidas han supuesto un impacto de 100 millones para la marca: las fluctuaciones de las divisas han impactado en 70 millones y las amortizaciones, en 30 millones. En cuanto a las amortizaciones, la enseña textil ha ejecutado un esfuerzo inversor que, además de la transformación de la red de ventas, incluye la puesta en funcionamiento del nuevo centro logístico de Lliçà d’Amunt (Barcelona), que ya se encuentra en funcionamiento y que a pleno rendimiento empleará a 400 personas.

Sin embargo, la facturación de Mango se ha incrementado en un 15,3% hasta alcanzar 2.327 millones, frente a los 2.017 del año anterior, lo que supone superar las expectativas iniciales, fijadas en un aumento del 13%. Según la multinacional con sede en Palau-solità i Plegamans (Barcelona), la clave de este crecimiento en ventas ha sido la progresiva consolidación del proyecto de transformación comercial en el que el grupo ha invertido 1.200 millones en los últimos tres años y que le ha permitido ampliar en más de 300.000 metros cuadrados la superficie de venta mediante la apertura de 164 ‘megastores’.

El 81% de la facturación de Mango corresponde a la actividad internacional y el 19% restante al mercado español, donde la cifra de negocios ha aumentado en un 20,1%, lo que la compañía ha achacado al éxito de las mega tiendas, ya que España concentra el mayor número de este tipo de establecimientos con 25. El año pasado, Mango abrió 63 ‘megastores’ y acabó el año con un total de 164, mientras que para este año se prevén 45 nuevas aperturas; en total, la compañía dispone de 2.730 puntos de venta en 109 países.

La facturación de la venta online ha seguido incrementado su peso y a cierre de 2015 suponía el 10,7% de las ventas totales, con un valor total de 234 millones, un 27% más que el año anterior.