Froilán se queda en Estados Unidos. Dada la complexión desarrolla por el nieto mayor del rey Juan Carlos en su internado norteamericano, al que ose llamarle Froilán se arriesga a desatar en él un tsunami. El primogénito de la infanta Elena, regresa a España para pasar las vacaciones de verano habiendo dado el estirón en su internado de Estados Unidos. Regresa un Felipe más sensato, menos inquieto y muy feliz y así celebrará con los suyos y su cuadrilla de amigos, dentro de unas semanas, su mayoría de edad. Su madre recibió como regalo de 18 años, un coche. Él, seguro que prefiere una moto.

Si Felipe Marichalar no se unía a los planes colectivos que hacen el rey Juan Carlos, la infanta Elena y su hija Victoria Federica, era porque aún no había regresado a Madrid. Cuando veíamos a los tres miembros de la familia Borbón acudir juntos a la Feria de San Isidro en la plaza de Las Ventas en Madrid, a Felipe, aún le quedaban unas semanas para rematar su año escolar en Estados Unidos y además, sacarlo con nota. El primogénito Marichalar-Borbón, ya ha regresado y lo primero que ha hecho es unirse a los planes de su pequeña familia. Él, como su hermana, comparten las mismas aficiones de su madre y de su abuelo y los cuatro se llevan divinamente, aunque rechace desde lo más profundo de su ser el que le llamen Froilán y que fuera su querido abuelo Juan Carlos el que lo destacase sobre sus otros nombres; Felipe y Juan. Por cierto, si el primogénito de la infanta Elena no monta a caballo, no es porque no le guste es que es alérgico al pelo de los equinos y a un par de cosas más, como los frutos secos, aunque en el caso de los cacahuetes, no sea exactamente alergia, sino intolerancia a los frutos secos. Durante un Campeonato de Tenis en la Caja Mágica, fue testigo de esa intolerancia. Jaime de Marichalar prefería estar en el comedor cenando y no en las pistas viendo jugar tenis, un deporte que al joven le entusiasma, Felipe se empeñó en cenar un plato de pasta que habían aderezado con frutos secos y comenzó a sentirse mal. La pasta tenía cacahuetes y Jaime, al principio no quería hacerle caso dado la tendencia revoltosa de Felipe y lo achacaba a que quería irse a ver tenis, viendo el malestar que le empezaba a crear a su hijo la intolerancia a los frutos secos, no tuvo más remedio que centrarse en el Felipe y regresar a Madrid.

Como todo el mundo ya ha podido ver en las fotos publicadas en estos primeros días que lleva Felipe en Madrid, ha crecido, está casi como su madre, pero sigue teniendo aún el rostro aniñado, aunque esté a punto de cumplir la mayoría de edad. El próximo día 17 de julio cumple 18 años y posiblemente, como recompensa, le veamos pronto al volante de un coche aunque  en Estados Unidos habiendo tenido la opción de sacarse el carné de conducir con más facilidad que en España e incluso, sin necesidad de tener la mayoría de edad, no ha aprovechado para sacarlo por falta de tiempo. Así que, estos días de descanso mientras sus amigos aún están terminando las clases, podría ser un buen momento de ir preparándose para usar el pequeño Mini de la Infanta. Aún queda un mes para pensar en su fiesta de cumpleaños pero él ya ha estado en las discotecas que le gustan de la capital, quién sabe si buscando emplazamiento. La mayoría de edad del nieto mayor del rey Juan Carlos, no supondrá un fasto público, lo previsible es que se reduzca a una celebración familiar y luego, con algunos primos, el par de amigos que le quedan del San Patricio y los del colegio del Pilar, hará una celebración más acorde con su edad. Ningún amigo del colegio americano ha venido con él, aunque es posible que en verano, cuando vacacione con su madre y hermana en Mallorca, ellos tienen su propia vivienda independiente dentro del complejo de Marivent, venga alguno a pasar unos días. Navegar es otro deporte que une a todos los Borbón y este año se celebra la edición 35 de la Copa del rey de vela, un momento magnífico para seguir la tradición náutica y quién sabe si enrolarse en alguna de las tripulaciones. A Felipe Juan Froilán, conocimientos y experiencia no le faltan.

Felipe ha dado el estirón en Estados Unidos y ha regresado más tranquilo, más sensato y también, más “cachas” gracias al deporte algo que ayuda a la disciplina y a él no le ha costado hacer abdominales y correr de fondo para fortalecer su musculatura para jugar al baloncesto, al fútbol y al tenis, sus deportes favoritos.

Dado el buen resultado obtenido, lo normal es que Felipe Juan Froilán, regrese a Estados Unidos a completar el curso escolar que aún le queda para pensar en qué universidad hará su formación superior.  Al joven las letras no se le dan mal, se pelea con las matemáticas y se defiende, como le ocurre a los chicos de su generación, con la tecnología. Quién sabe si en un futuro, como don Felipe hizo con su primo hermano, Pablo de Grecia, Felipe Marichalar decide estudiar en la misma universidad que su primo Juan Urdangarín y compartir piso de estudiantes, al fin y al cabo, los dos se llevan muy bien y los dos están a punto de decidir qué carrera estudiarán.