La digitalización: el nuevo Santo Grial

20/06/2016

Francisco Canós.

Si en algo coincide todo el mundo, desde la derecha hasta la izquierda, desde los sindicatos hasta la patronal, desde los bancos hasta las constructoras; es en la digitalización. Es nombrar palabras como big data, lenguaje natural, fintech, o cadenas de bloques y todo el mundo asiente, pone cara de importancia y empieza a enumerar todas las acciones que están llevando a cabo para que nadie dude que están en el carro del nuevo mundo de la digitalización.

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¿Por qué tanto revuelo? ¿Es la digitalización algo tan importante como para que todo el mundo quiera subirse a él? En el curso de verano que la APIE organiza desde hace años en la UIMP de Santander he podido constatar este hecho de primera mano. Me gustaría compartir con ustedes lo que ahí he visto y escuchado.

D. Jorge Sicilia, economista jefe del BBVA, destacaba una y otra vez la importancia del tamaño de la empresa a la hora de facilitar las exportaciones. En realidad, lo que quería decir es que, en el mundo tradicional que hemos vivido hasta ahora, hay una relación directa entre el tamaño y la competitividad. De hecho existe un umbral por debajo del cual, el reducido tamaño impide ser competitivo. Sin competitividad no nos podemos hacer un hueco en el sector internacional y las exportaciones se convierten en una ilusión. El factor multiplicativo una vez roto este umbral puede llegar incluso a doblar el nivel de competitividad. Si D. Jorge Sicilia tuviera que destacar un sólo factor que pudiera laminar ese umbral, este es sin duda el de la digitalización en su sentido amplio.

Seguimos con el BBVA, uno de los grandes bancos mundiales y líder en el sector en la aplicación de la tecnología. El Sr. D. José Manuel García Páramo, consejero ejecutivo de BBVA, recalcó la importancia de la digitalización en el concepto de proveedor financiero que viene. En sus propias palabras, la “disrupción digital”, es el quinto elemento que afecta a todas aquellas empresas que gestionan el conocimiento y manejan la información como parte esencial de su actividad, y el sector bancario es sin duda uno de ellos. Las Fintech (empresas que en una definición muy general desarrollan tecnología de aplicación en las finanzas) se ven como parte esencial del sector y no como un competidor. De hecho, García Páramo veía a los Google, Apple, Amazon o alguna Telco de la vida como potenciales amenazas más que a las llamadas Fintech. La inversión necesaria no es tontería. Se estima que el montante que estas empresas tienen o deben invertir en este “disruptor” equivale a 2 años de beneficios de las mismas. ¿Se está dispuesto a hacerlo? ¿A plantearlo abiertamente delante de los accionistas? ¿Se tiene elección?

El propio D. Ángel Ron, Presidente del Banco Popular, definió la digitalización como uno de los cuatro principales retos del sector bancario, junto con un entorno de tipos bajos, un excesivo endeudamiento y una insaciable regulación. Y no se limita a un sector, si nos movemos un poco y llegamos al sector del seguro, la cosa es muy similar. D. Antonio Huertas, presidente de Mapfre, lo ve como el gran elemento que puede permitir no sólo abrir un canal adicional de acceso al cliente final sino, y esto es más importante aún si cabe, como fuente de conocimiento del mismo, el “big data”. La capacidad que la gestión y el análisis de grandes cantidades de datos acumulados de los usuarios es lo que persigue el sector que genéricamente conocemos como “big data”. Muchas empresas han surgido con esa intención, y utilizan técnicas que mezclan el software más avanzado con procesos de análisis de lenguaje natural e inteligencia artificial (AI) para poder distinguir, clasificar y dotar de sentido a los grandes flujos de datos que corren por ese gran canal del mundo llamado internet. A nadie le puede extrañar que haya mucha gente interesada en acceder a esos datos. Los obvios son las agencias de seguridad de todo el mundo, pero al final, a cualquier empresa o negocio le puede interesar un conocimiento más puntual y exhaustivo de sus potenciales clientes. Sus gustos, sus preferencias, sus necesidades. Desde el mundo de la publicidad, hasta por supuesto los bancos, y las compañías de seguros.

La digitalización, como parte integrante de las nuevas tecnologías, no es sólo un tema propio de las empresas. Se debe crear un caldo de cultivo que va desde la investigación hasta la educación. Los propios sindicatos, con el Sr. Ignacio Fernández Toxo (CC.OO.) y el Sr. Josep María Álvarez (UGT) al frente, indicaron que aunque hemos abandonado la recesión, no hemos abandonado la crisis. En su opinión, este último paso sólo se dará cuando se recupere el nivel de calidad de vida previo a la crisis. Ellos mismos admiten que el modelo de sociedad y los elementos que van a mantener dicho modelo nunca más debieran ser los de antes, sino que necesariamente serán otros. Entre las características que deben cumplir los nuevos destaca la creación de valor que nos saque del empleo precario y mal pagado. Esto pasa necesariamente por un nuevo concepto de la educación y sin duda, las nuevas tecnologías formarán parte integral e importante de ese proceso.

¿Es rentable todo esto? Bueno, juzguen ustedes mismos. El campechano Sr. D. Josep Oliú, presidente del Banco Sabadell, lo pone en términos muy claros. En sus propias palabras, ante unas rentabilidades actuales “macarrónicas”, la digitalización es un reto y una fuente de rentabilidad. Utilizando sus términos, “menos predicar y más hacer”. El Banco Sabadell está considerado como un “benchmark” (referencia) europeo en temas tales como rapidez de integración. Esto lo han demostrado en la rápida integración de la CAM en menos de un año. Parte fundamental de este éxito es la tecnología avanzada que poseen incluyendo su capacidad de tener muchísima información externalizada en lo se conoce con el nombre genérico de “cloud” (la nube). Estas digitalización tiene como objetivo claro permitir que el usuario interactúe con el banco cuando y como quiera; bien sea digital o con el, también en sus palabras, “Human touch” (toque humano).

No hay nadie que desaproveche la oportunidad para poner en valor este concepto. D. José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, no podía ser menos. En su exposición de objetivos y visión sobre Bankia, lo dijo muy claro. Quiere un banco sencillo, cercano y transparente. Busca construir la franquicia bancaria más eficiente del sector español y en sus propias palabras, esta eficiencia se basará en los pilares de la tecnología y la digitalización. El motor del cambio es el cliente y el cambio hace aflorar nuevas oportunidades.

Está claro que allá donde miramos, la digitalización, las nuevas tecnologías están presentes. Como siempre, la pregunta para España es si vamos a subirnos a este tren y ser un pasajero con vocación de llegar a conductor, o si por el contrario vamos a verlo pasar desde el andén de la melancolía. Todos los agentes parecen estar de acuerdo por una vez. ¿Todos? ¿Los políticos también? He de confesar que fueron los que menos hablaron de esto, y me preocupa. Los señores Luis de Guindos, Pedro Saura, Nacho Alvarez, y Luis Garicano fueron los que menos emplearon su tiempo en hablar de este tema ni en ponerlo como una prioridad en la hora larga que estuvieron debatiendo en el salón de la UIMP. ¿Preocupante? Pues si, un poco. No me gustaría pensar que también en esto el problema acaben siendo los políticos.

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