¿Se imagina entrando en una consulta médica y que le prescriban como terapia, en vez de la ingesta de un determinado medicamento, jugar un número determinado de sesiones a videojuegos? Aunque pueda parecer raro, actualmente hay cerca de 4.000 hospitales en Estados Unidos que utilizan videojuegos como parte de la terapia analgésica o para mejorar la estancia hospitalaria de los pacientes.

El uso de los videojuegos para el tratamiento del dolor tiene su respaldo en la evidencia científica de que algunos neurotransmisores tienen un efecto inhibitorio de la percepción dolorosa. Su conocimiento ha permitido desarrollar distintas terapias analgésicas y establecer diferentes escalones terapéuticos ampliamente conocidos para el manejo del dolor.

La industria del videojuego siempre ha estado a la vanguardia de los avances tecnológicos. Muchos de ellos han tenido una influencia esencial en cosas tan cotidianas como la interfaz de un ordenador, la Inteligencia Artificial o el control táctil de una tablet o de un teléfono móvil. Pero hablar de videojuegos es mucho más que hacerlo del software (contenido). Tenemos que tener en cuenta también el hardware (consolas, tablets, teléfonos) y dentro de éste a los periféricos externos y nuevas tecnologías (muchas de ellas disruptivas) que están surgiendo constantemente, como la realidad virtual, las superficies hápticas o la realidad mixta. Hablar de videojuegos es también hacerlo de gamificación, es decir, del empleo de mecánicas de juego en entornos y aplicaciones no lúdicas con el fin de potenciar la motivación, la concentración, el esfuerzo, la fidelización y otros valores positivos comunes a todos los juegos. Con ello, podemos hacer crecer las emociones positivas y reducir actitudes negativas (por ejemplo, del tratamiento a través de la quimioterapia en el cáncer pediátrico), e incluso mejorar el cumplimiento del tratamiento previsto.

Existen diferentes tipos de dolor, en función de su mecanismo de origen o porque tiene un  procesamiento diferente desde el lugar de la lesión a través del sistema nervioso, por lo que es evidente que las actitudes terapéuticas para combatirlo tienen que ser distintas. Además hay que tener en cuenta también que es necesario adaptar la tecnología a cada perfil de paciente. Entre otras, las variables que podrían influir respecto a la tipología de videojuego a utilizar son la edad del paciente, el tipo de patología, su situación clínica, el contexto sanitario e incluso aspectos sociales y, por supuesto, los recursos económicos disponibles.

El uso de videojuegos para el tratamiento del dolor es relativamente reciente. El gran impulso se lo dio Mark Griffiths, catedrático de la Universidad de Nottingham, que el 14 de julio de 2005 publicó un editorial en la British Medical Journal en el que afirmaba que “los videojuegos sirven para aliviar el dolor”. La capacidad de abstracción del videojuego logra de los pacientes una mayor motivación para seguir con el tratamiento prescrito y, en algunos casos, que los efectos del dolor sean mitigados por el deseo de superación del usuario y su experiencia en el juego. La distracción cognitiva que proporciona el videojuego hace que se atenúe la percepción del dolor y, en consecuencia, que algunos pacientes precisen de una menor analgesia. Hay ejemplos que avalan que pacientes pediátricos con cáncer toleran mejor la quimioterapia, y que incluso disminuye la aparición de náuseas durante el tratamiento.

Los videojuegos y la realidad virtual se pueden aplicar de manera muy positiva en la terapia y el manejo del dolor en diferentes especialidades y niveles sanitarios. A modo de ejemplo, en unidades de tratamiento del dolor de pacientes con lesiones y secuelas potencialmente graves, en el tratamiento y/o rehabilitación de lesiones agudas o crónicas de diferentes etiologías facilitando tanto la terapia como la aceptación de la enfermedad, en las salas de espera de algunas consultas como distracción de una fobia a un tratamiento o a una supuesta experiencia dolorosa para los pacientes o creando soluciones que puedan satisfacer las necesidades bien de los profesionales que trabajan en las unidades de dolor como de los propios pacientes que sufren de dolor crónico.

Cada vez hay más experiencias a nivel internacional de uso de videojuegos para el tratamiento del dolor. En el País Vasco tenemos la oportunidad de profundizar en este ámbito apalancándonos en el potencial sinérgico que se derivaría de trabajar en colaboración el sistema sanitario vasco y la sede en Europa de la Universidad americana especializada en videojuegos DigiPen institute of Technology.

Ignacio de Otalora es director general del Digipen Institute of Technology